Opinión

Con la pirulina fuera

Sueño con chorizos, puteros y las mil y una matanzas del día

Los sueños son una puñeta. Te amargan el día. De guaje, soñaba casi todas las noches. No eran sueños, sino pesadillas. Cierto que, en los créditos oníricos, no se presentaban brujas ni ogros. Mis ensoñaciones iban por otros derroteros: me ponían en situaciones muy comprometidas. Os cuento. Nos recuerda el "Génesis" la desobediencia divina del mordisco a la manzana y cómo nos largaron del Paraíso Terrenal. Entre otros castigos, nos metió el Creador en el cuerpo el pudor, o sea, la vergüenza que sientes cuando estás con la pirulina al aire y recurres a la hoja de parra. Pues bien, mi gestor de sueños me sirve en bandeja la pesadilla: "Un servidor coge el ascensor en la planta baja, vestidito. En el primer piso se para y, sin venir a cuento, me veo sin camisa y con el torso descubierto. La señorita X entra, me mira displicente y se va a un rincón. No sé qué decir. Nueva parada, en el tercero. ¡Jesús bendito! Mis pantalones se esfumaron, estoy en calzoncillos ocean y entra el boticario, con razón me insulta: ¡guarro, más que guarro! Y protege a miss X del exhibicionista. Yo quería que la tierra me tragara; ella no estaba por la labor. ¡Qué vergüenza! Y queda el plato fuerte: Quinto piso. Se abre la puerta, ¡Mari Puri!, mi amor platónico. ¡Ahhh!, chilla. Caigo en la cuenta, estoy en pelota picada. Quiero morir: ni la tierra me traga ni la muerte me lleva". Despierto bañado en sudor, mi madre me trae una tila. Y yo le ruego si no puede ser un café, no deseo dormir más en mi vida.

¿Y esto a qué viene? Si me lo permite, le explico. Mire, vuelvo a la pesadilla con más años que carracuca. Ahora es mi alma la que se desnuda, para entendernos, se desalma. La peor pesadilla es la que escapa del subconsciente y se hace realidad. Empieza la pesadilla: "Ring. Despiertas, y la primera noticia en la radio: si pensabas que la honradez era marca de la casa, pues no, te saca el informador de tu ingenua ceguera y te informa, UCO mediante, que chorizos y puteros pasean por tu casa como sanguijuelas y te chupan la sangre. Ya el alma queda medio descamisada. Y sigue. Durante el desayuno enchufas la tele, el Ferreras te pone al día: ayer sólo fueron 120 gazatíes asesinados por el ejército israelí, la mitad era niños que se acercaban al camión que esparcía los mendrugos; en Kiev, desde que el imbécil de Trump prometió terminar con la guerra en 24 horas, están cayendo más bombas que nunca; Israel ataca a Irán, se abre un frente bélico con arsenal nuclear como telón de fondo; de las guerras centroafricanas se habla poco; y, luego, lo de todos los días, los subsaharianos que se ahogan en las aguas de sur, la violencia de género y sus cifras de escándalo… En fin, el alma se desalma, no aguanta más, y lo triste es que no siente pudor con la pirulina fuera.

Y ¿no piensa hacer nada? Creo que hoy me comeré dos cruasanes.

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