Opinión

Vecchio blue, Elías

Todos los grandes críticos han escrito sobre él, también los poetas, y yo me sumé a ellos atraído por su personalidad. Sin darme cuenta me convertí en uno de sus seguidores. Elías García Benavides ha sido para mí un maestro y, evidentemente, no hablo como creador, sino como interesado en el arte. Nuestra relación ha supuesto un punto de inflexión en mi mirada hacia la plástica contemporánea, un puente que me permitió recuperar la confianza perdida hacia el arte actual del que me estaba distanciando a pasos agigantados.

Porque, sobre todo, estaba su honestidad. ¿Qué importancia tiene recibir premios y medallas o exponer acá o allá cuando sabes que lo más valioso es ser íntegro y coherente en tu vida y con tu obra?. Su experiencia creativa siempre ha sido su experiencia vital, y esa confluencia se ha hecho extensible a todos los amantes del arte.

Nuestras conversaciones y discusiones fueron cuajando poco a poco hasta convertirse en una complicidad nada convencional. Me hablaba de Venecia como si realmente hubiera nacido allí. Reconocía su monumentalidad, pero, sobre todo, conocía sus recovecos, alguno de ellos los compartió conmigo y se lo agradeceré toda la vida. Interiorizó hasta tal punto la atmósfera de esa ciudad, su luz, sus nieblas, sus azules…que quedó impregnada en su pintura para siempre.

Sobre todo, lo he conocido en este periodo tan fecundo y deslumbrante, y hemos colaborado mano a mano en diversos proyectos, siendo especialmente emotivo "Un itinerario vital", la exposición que realizó en la Galería Alfara en 2023. Pero también la reciente muestra en la Sala Provincia de León, "Tránsito", donde Antonio Gamoneda se preguntaba sobre los misterios que envuelven unas pinturas irremediablemente hermosas.

En estos proyectos estuvo expuesto "Vecchio blue", un cuadro que adoro y que refleja a la perfección la emoción que se desprende de sus pinturas, una emoción contenida, "a punto de sernos revelada", como diría Rubén Suárez. Es un cuadro que sintetiza su personalidad estética, posee esa fuerza tangible de los pigmentos, de una materia prima que el artista ha dotado de una nueva vida, volcándola sobre la frágil naturaleza del papel, un soporte que en sus manos es sensibilidad pura y que nos lleva a percibir el inconfundible aliento de la creación. Sí, "Vecchio blue", como tantas y tantas obras de este prolífico creador, quedará para siempre como muestra de este artista fundamental que huyó de la fama y del reconocimiento y prefirió seguir indagando sobre los misterios de la vida y el arte en aquel luminoso estudio veneciano.

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