Opinión

A cada poder, lo suyo

La nueva consejera toma posesión en la sede del Parlamento regional, en lugar de hacerlo donde corresponde

Las formas son esenciales en política, tanto como el fondo, máxime en un momento en el que se tambalea la separación de poderes a causa de los frecuentes ataques del Ejecutivo a la independencia judicial. O el desdén del presidente del Gobierno hacia las Cámaras legislativas, cuando se atrevió a decir, sin mayor reparo, que estaba dispuesto a gobernar sin el Parlamento.

En ese estado de cosas, que provocan deliberadamente el debilitamiento del sistema democrático y que hacen que el equilibrio constitucional se tambalee, no parece decisión acertada que la nueva consejera de Educación tomara posesión la pasada semana en la sede del Parlamento regional. No es que se trate de una usurpación deliberada, suponemos, pero sí al menos puede colegirse que la decisión resulta poco apropiada y menos aún cosmética. En ese templo no manda Barbón, aunque lo parezca.

El pasado enero tomó posesión el nuevo Letrado Mayor de la Junta General del Principado, Marco Fernández Gutiérrez, y lo hizo, como es lógico, en una de las salas del edificio con fachada a Fruela. ¿No se habría puesto el grito en el cielo si ese acto protocolario se hubiera celebrado en la sede de Presidencia del Gobierno autonómico? Sería una incongruencia, un disparate, un desatino, pues podría parecer que el letrado trabaja para el Ejecutivo y no para el conjunto de los asturianos, a quien representan los escaños del hemiciclo.

Un presidente al que encanta hacer malabares con los símbolos no debería caer en el error de erigirse en dueño y señor de todos ellos, a su gusto y acomodo.

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