Opinión | Miel, limón & vinagre

Jaime Ferrán

Carlos Alcaraz, ganar disfrutando

El murciano no tiene miedo a decir que no quiere ser un esclavo del tenis

Carlos Alcaraz.

Carlos Alcaraz.

Ganador del Abierto de Estados Unidos, dos Wimbledon, dos Roland Garros —el último, el pasado día 8—, y este fin de semana incontestable vencedor en Queens, la gente anda preocupada por la vida nocturna del tenista español más aclamado de los últimos tiempos, con permiso de Rafa Nadal. Lo que le pasa a Carlos Alcaraz (El Palmar, Murcia) es que tiene 22 años, éxito y una cuenta corriente lo suficientemente holgada como para darse los caprichos que le apetecen cuando no tiene que partidos a la vista.

Tras su gran éxito en París de este mes, como empieza a ser costumbre, el murciano puso mar de por medio y se marchó a Ibiza para disfrutar de unas pequeñas vacaciones con sus amigos antes de que comenzara el siguiente torneo, el de Queens, en Londres. "Fueron divertidas, pero este año ha sido más tranquilo que el anterior, que fue más movido. Salí el primer día y los otros dos no salí por la noche. A las doce en cama el martes y el miércoles, aunque sí salí por la tarde. Me estoy haciendo mayor y el cuerpo ya no me da", dijo entre risas hace unos días. Mayor dice... No hacía falta ofender.

Un chaval de su edad tiene todo el derecho del mundo, y el deber, a equivocarse y aprender de sus errores. Uno de los cuales podría ser aceptar que Netflix le hiciera un documental. O no.

España estaba acostumbrada a Rafa Nadal, un tenista que vivía para el tenis y que lo dejó cuando su cuerpo dejó de responderle. Esfuerzo, persistencia, dureza y, al final, éxito. En ‘A mi manera’, a Alcaraz se le ve con sus amigos y familia haciendo vida normal, descansando, saliendo a tomar algo… No tiene miedo a decir que no quiere ser un esclavo del tenis. Quiere ganar, pero solo si lo disfruta. ¿Eso es un defecto o una virtud? Seguramente, así no se corone como el mejor tenista de todos los tiempos. Sin embargo, puede que consiga ser uno de los jugadores de tenis más felices del mundo. Y, quién sabe, tal vez se pueda retirar sin necesitar un trasplante de codos.

Esta filosofía de vida en el mundo del deporte tiene en cuenta la salud mental. Bastantes juguetes rotos han dejado las competiciones internacionales. De hecho, esta es una de las revelaciones de su madre en el documental: su miedo a que se convierta en un juguete roto.

"Si le agobia, que lo deje", dijo Toni Nadal tras el estreno de la serie de Netflix. Gran entrenador y algo chapado a la antigua, si me preguntan. Rafa, su sobrino, dio en la clave. "Conociendo un poco a Carlos, creo que el documental no refleja su personalidad ni la forma en que vive su carrera. No aparece como un jugador de tenis que se entrena, sino como alguien que ama la fiesta, que necesita eso, que no es muy profesional. Y eso no es verdad", comentó el manacorí en una entrevista con L'Équipe.

"Tiene 22 años y ha ganado cinco Grand Slams, se ganó el derecho de disfrutar con sus amigos. Es alguien supertrabajador, tiene claros sus objetivos", dijo también Alejandro Davidovich, tenista malagueño próximo al murciano.

El tenis no es el deporte rey de este país, como tampoco es el fútbol. En España lo que más gusta es criticar, especialmente a los nuestros. Gane o pierda, Alcaraz comenzó a ser objetivo de algunos ‘haters’ hace tiempo. Y con razón, por qué no decirlo. En plena campaña electoral de 2023, diez días antes de votar, el presidente de la Región de Murcia y candidato del PP, Fernando López Miras, ofreció una rueda de prensa junto al tenista para anunciar la creación de la Copa Carlos Alcaraz, un partido exhibición que se disputaría en navidades en Murcia con la participación del jugador de El Palmar. Nadie avisaría a la joven estrella de que aquello no era buena idea. O lo que es peor: a lo mejor le pareció fabuloso.

Tampoco sentó bien a todo el mundo que el murciano apareciera con el torero Pepín Liria y con José Antonio Camacho en un corrida en la Feria de Septiembre de Murcia. Quién nos iba a decir que en estos tiempos de reacción los toros iban a recuperar seguidores menores de 50 años. Hasta la Fundación Toro de Lidia sacó pecho por aquello.

¿Estamos preparados los españoles para admirar a alguien si no piensa y actúa como nosotros en un mundo tan polarizado? Estamos perdiendo esa capacidad, aunque creo Alcaraz contará con el amparo de los españoles mientras siga ofreciendo espectáculos como el de la final del Roland Garros contra Jannik Sinner. Es imposible no rendirse ante semejante campeón mientras, además, le vemos disfrutar. Larga y feliz vida a Carlos Alcaraz.

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