Opinión

Un pacto para el progreso de Oviedo

Sobre el acuerdo con IU y la política útil

La portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Oviedo no pierde ocasión para atacar al equipo de Gobierno, dejando claro, una vez más, que su prioridad no es el interés general ni el progreso de la ciudad. Esta vez ha calificado de "pacto de la vergüenza" el acuerdo alcanzado con Izquierda Unida, que permitirá construir 300 viviendas asequibles en Oviedo gracias al compromiso del Principado de Asturias.

Nada más lejos de la vergüenza. Este acuerdo es un ejemplo claro de política útil, de diálogo responsable y de búsqueda de soluciones reales para los ovetenses. Todo lo contrario a lo que representa Sonsoles Peralta, cuya actitud desde que llegó al Ayuntamiento ha sido la de bloquear, oponerse y destruir.

"Diálogo" y "acuerdo" son palabras que no tienen cabida en el diccionario político de Vox. Para ellos, todo se reduce a la confrontación. No les importa coincidir una y otra vez con el PSOE, como ha ocurrido en asuntos clave para Oviedo, como las obras del Palacio de los Deportes, la Fábrica de Gas, la recuperación de las galerías comerciales del Calatrava o prácticamente cualquier iniciativa que busque mejorar la ciudad. La estrategia es clara: decir "no" por sistema.

Lo cierto es que Vox y el PSOE comparten mucho más de lo que admiten. Ambos han convertido el Ayuntamiento en un escenario de crispación constante, aportando poco o nada a los proyectos que realmente importan a los vecinos. La política, para ellos, es solo un instrumento de desgaste, un juego de vetos y bloqueos que nada tiene que ver con el servicio público.

Frente a ese ruido estéril, el Gobierno de Alfredo Canteli sigue demostrando sensatez y capacidad de entendimiento. El reciente acuerdo con Izquierda Unida es buena prueba de ello. Porque cuando el objetivo es claro —mejorar la vida de los ovetenses—, los acuerdos no entienden de siglas, sino de responsabilidad.

La señora Peralta debería preguntarse por qué ni ella ni su partido son capaces de alcanzar ningún acuerdo con un gobierno abierto al diálogo. La respuesta es sencilla: porque no quieren. Porque su única estrategia es el enfrentamiento, con la esperanza de debilitar al Partido Popular y forzar un gobierno inestable que puedan condicionar desde la crispación.

Pero Oviedo no necesita ruido ni bloqueo. Necesita acuerdos, estabilidad y políticas útiles. Y en ese camino vamos a seguir, con quien quiera sumar. Porque aquí, a diferencia de lo que hacen Vox y PSOE, se viene a trabajar por Oviedo, no a entorpecer su futuro.

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