Opinión | Soserías
Pavos y ganadería
Lenguaje de rufianes
Los golfos progresistas que hoy son carne de juzgado y de artículos infamantes del código penal han empleado desde hace años la jerga propia de los rufianes, un lenguaje de germanía, que les eleva en el pináculo de la alta erudición que cultivan y difunden.
Son irrepetibles (quiero decir, las palabras que usaban, no los golfos en sí) para cualquier ser humano con recato y temeroso de las sentencias del Juicio Final. Como soy uno de ellos, renuncio a su transcripción.
Pero hay algunas que se hallan dentro del mundo animal y con ellas podemos trenzar un relato tan burlesco como verdadero.
Por ejemplo, llamar "pavo" a la pasta. Así, decían los citados caballeros del Progreso: "me quedo con cien mil pavos" o "pídele treinta mil pavos". No sé si el DRAE acoge esta acepción para designar la pastizara que se llevaban por una comisión, pero si no es así, ya puede discutirse en el sanedrín de los doctos académicos para incorporarla cuanto antes.
Al fin y al cabo es una forma coloquial, informal y sobre todo familiar, se entiende en las familias do abundan los bellacos y tunantes.
Le dice el hijo al padre:
–Necesito quinientos pavos para holgar con una hembra de pechos en ofrenda y muslos bravucones.
Y el padre, que es un sentimentalón, se los mete en el bolsillo.
Había otros muchos "pavos" que han ido directos a las arcas de ese Partido en el que han amamantado sus ilusiones democráticas y de regeneración. Esta tierna conducta es elogiable porque ¿cómo se va a renovar el iderario del Progreso y la Plurinacionalidad si no se aportan de vez en cuando unos "pavos" con los que comprar ensayos escritos por lumbreras y algún que otro diccionario de citas? (y lo de "citas" nada tiene que ver con las casas donde se conciertan con fines lascivos).
Lo que no se puede admitir porque resulta ya una parla irreverente y descarada es llamar al Partido, a ese Partido que acumula glorias seculares, "la ganadería".
¡Hasta ahí podíamos llegar! Esta infamia la hemos oído en los audios.
Porque "ganadería" remite al conjunto de cabras, ovejas o vacas que componen un rebaño.
¿Quiere llamarse así al grupo que forman los senadores y diputados de ese Partido?
Es verdad que raramente se expresan con argumentos propios y no sacados de un "argumentario", pero votan primorosamente lo que les indica el cómitre y, además, por si fuera poco, silban bien, aplauden con entonación y patean con vigor ¿qué más se puede pedir?
¿Alguien ha visto alguna vez a una vaca silbando o a una cabra aplaudiendo?
Estas expresiones tan despectivas no se pueden aceptar y está bien que a los golfos que las empleen los expulsen de la organización y los envíen a las tinieblas.
Allí donde no se distingue un indultado de un amnistiado ni un imputado de un aforado. Ni una fontanera de un electricista.
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