Opinión

Vergüenza y puerilidad

Es indudable que la mera visión de Trump, y no digamos si en vez de únicamente contemplarle con la gorra blanca made in USA o sin ella se le escucha tan solo una de las barbaridades que suele soltar por esa boca que no calla, provoca rechazo en casi todas las personas normales que conozco, y seguro que millones de estadounidenses están avergonzados de ese líder prepotente y vacuo.

Por eso mismo, aunque no solo por eso, avergüenza el lacayeo de Rutte, un señor que iba de duro y que se ha revelado al fin como un mandatario gallináceo, fuerte con los débiles y flojucho, pelota y zalamero con las bestias. Como Trump, además de abusón parece un ególatra, que no digo yo que lo sea, no ha dudado en publicar los mensajes de su nuevo lametraseros oficial en el que le alababa hasta extremos vergonzosos, trabajándose su ego infantil, dicen los entendidos que con el loable fin último de salvar a la OTAN.

Una, que se siente tan europea como Rutte,y con derecho a opinar sobre lo que nos atañe a todos, abomina de ese pelotilleo infantil y sonrojante que llama a Trump ‘Daddy’ y le recorre el espinazo un espeluzne cuando recuerda a aquel otro líder mundial de sanguinario pasado al que sus obligados y masacrados súbditos llamaban padrecito Stalin. Salvando las distancias, ¡qué espanto!

Por otro lado, también le sonroja la actitud infantil de Sánchez, aunque entienda que aceptar sin más ese 5 % porque lo imponga el americano, cuando hasta hace poco ya el 2 era un respuesta satisfactoria, provoque rechazo, hubiera exigido más debate y desde luego una postura más clara que no incluyera firmar una cosa, admitir que no se piensa cumplir lo que se ha firmado, dejar de hablar de con casi todos y colocarse luego fuera del grupo para la foto en pataleta "no tajunto" inmadura, inútil y pueril. Lo necesitaba el hombre para desviar la atención de su crisis interna, pero las consecuencias nefastas las pagaremos todos los españoles.

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