Opinión

Templanza en el gran cambio

Hay tareas en las que la presencia física es insustituible, otras en que puede combinarse con la telemática y no pocas en que cabrá hacer casi todo en modo tele. El tránsito a una organización funcional en la empresa y los servicios públicos apurando formas del laboreo a distancia debería ser tarea prioritaria, pero sin abandonar la presencialidad en todo cuanto pida proximidad, inmediación. Harán falta más medios técnicos, más instrucción y un esfuerzo de readaptación, pero también vigilancia en los resultados para no pasarse de frenada. Como el nuevo formato llega para quedarse habrá que hacerlo muy bien: no solo logrando que todo funcione mejor, sino sin especiales damnificados, evitando que oportunismo, mimetismo o entrega a la moda acarreen una mayor precarización laboral o ahonden la brecha social. El entusiasmo de los conversos suele dejar detrás un rastro de víctimas.

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