Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

Opinión

Psicópata en la Casa Blanca

Cada dos por tres programan en algún canal un doblete más o menos espaciado en el tiempo de películas que tiraron de la misma idea para coincidir en la gran pantalla. Ya se sabe que Hollywood es muy dado a copiarse y a veces no se sabe quién tuvo la idea original y quién fue a rebufo. La verdad es que importa poco porque son casi siempre productos de ínfima calidad que solo sirven para rellenar minutos con tramas pueriles, personajes de cartón piedra, finales previsibles desde el minuto uno e intermimables escenas de acción con un protagonista guaperas y musculado que hace lo que todo el servicio secreto no consigue: derrotar a los psicópatas que asaltan la_Casa Blanca, se cargan a quienes la ¿protegen? y secuestran al presidente para chantajear al país más ¿poderoso? del mundo. No lanzo ningún spoiler si escribo que sobre las ruinas del edificio emergen unos héroes con heridas de quita y pon mientras los conspiradores se quedan con el bulo al aire. "Asalto al poder" es de 2013, la dirige ese alemán especializado en cargarse al planeta (Roland Emmerich, corran) y la protagoniza el insípido Channing Tatum (intenta emular John McClaine-Bruce Willis, y no hay color) con James Woods haciendo de malote histriónico. Y ese mismo año llegaba "Objetivo: La Casa Blanca" (los constructores se hicieron de oro volviendo a poner en pie el pobre edificio) con dirección del destajista Antoine Fuqua y protagonizada por un Gerard Butler inmortal, Aaron Eckhart y el siempre presidenciable Morgan Freeman, que seguramente tiene muchos gastos y acepta lo que le echen. Lo más curioso de los argumentos es la coincidencia a la hora de presentar a unos presidentes honestos, guapetones, valientes, patriotas y carismáticos, capaces si llega el caso de unirse fuerzas con su protector para desalojar a los invasores de escasa puntería, poner en su sitio a los malvados traidores y llenar de cadáveres mercenarios las estancias acribilladas. Presidentes, en fin, que solo existen en la rancia ficción. Ah, y que no falte el Dios salve a América.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents