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Opinión

Las encuestas son de Sánchez

Sobre los últimos sondeos, que anuncian la subida de Vox y el PSOE

Para envolver en el celofán de la veracidad un deseo o una intuición no hace falta magia: basta con publicar una encuesta. Los últimos barómetros muestran a Vox subiendo a costa del PP y al PSOE recuperando indecisos tras la escalada en Gaza y la atención sobre la flotilla, esa regata de desocupados que ha servido a Sánchez para cubrir con barniz de estadista sus miserias caseras. La última especialidad del día en la cocina de los sondeos es un plato que se llama “Gaza al gusto del elector”: un conflicto que ha servido como salsa para rebañar votos. Nada como una crisis lejos del frigorífico para que el debate se caliente en la mesa y los paladares se irriten por exceso de guindilla.

No es inocuo convertir el pulso público en alarma permanente: la polarización alimenta extremos y degrada el debate. Quienes alertan del avance de la ultraderecha olvidan que el PSOE necesitó apoyos de Podemos y otros aliados poco aconsejables, como secesionistas recalcitrantes y filoterroristas, para gobernar. De ese lodazal se nutren los sondeos. Si las últimas encuestas favorecen a Vox y al PSOE, el máximo beneficiado es Pedro Sánchez.

El debate sobre Gaza ha mostrado la fragilidad del discurso: importa la semántica del uso o no del término genocidio, pero también de otros eslóganes de parte. Las palabras importan. Fue Yolanda Díaz, voz gubernamental no desautorizada, la que hace meses dijo que Palestina sería libre “del río hasta el mar”, que es la fórmula de los palestinos para verbalizar su deseo de borrar del mapa a Israel. Y nadie se rasgó las vestiduras.

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