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Opinión

Brecha generacional en España

Por un pacto social entre jóvenes y mayores

El pasado día 19 de septiembre el Instituto Juan de Mairena publicó un informe dedicado a los desequilibrios de renta y riqueza entre jóvenes y mayores. A continuación resumo las principales conclusiones del mismo.

En 2002 los menores de 35 años poseían el 7,5% de la riqueza nacional y en 2022 solo poseían el 2%. En contraste los mayores de 75 años aumentaron su cuota del 8% al 20%.

Entre 2008 y 2024 el ingreso real de los trabajadores de 18 a 29 años ha caído un 3% frente al incremento del 18% que han obtenido los mayores de 65 años. Las nuevas pensiones de jubilación de 1.760 € al mes de media superan ya el sueldo medio de los menores de 35 años que es de 1.670 € al mes.

Desde 2006 solamente los mayores de 65 han aumentado su consumo real (en un 5%), en cambio los menores de 30 han reducido su consumo un 36%.

La juventud española tiene la mayor tasa de paro de Europa, superando la media comunitaria en más de 10 puntos porcentuales (26,5% frente a 15,1%).

El 81 % de los nacidos entre 1945 y 1965 (boomers) eran propietarios de vivienda a los 42 años. Hoy menos del 50 % de los nacidos después de 1985 lo son.

De media un jubilado cobra de pensión un 62 % más que lo que aportó al sistema. Esta generosidad del sistema de pensiones hace que el déficit de la Seguridad Social haya crecido mucho (ronda los 56.000 millones de euros). Desde 2010 las cotizaciones no son suficientes para financiar las pensiones cubriéndose la diferencia con impuestos que recaen mayoritariamente sobre los trabajadores.

Los mayores de 65 años en España tienen una renta un 6,4% superior a la media europea, mientras que los trabajadores españoles perciben un 7,3 % menos que los trabajadores europeos.

En Asturias ha crecido el PIB per cápita por el colapso demográfico juvenil y no por el dinamismo económico. En Asturias hay solo 1,4 cotizantes por cada pensionista y el empleo público crece mientras que el privado disminuye.

La brecha de riqueza entre quienes tienen 65-74 años y los que tienen 35-44 se ha multiplicado por 9 en dos décadas.

En 2008 un joven ganaba de media el doble del coste de alquiler de una vivienda y actualmente necesita destinar el 92 % de su salario al mismo fin. En 1987 bastaban tres años de salario para comprar una vivienda y hoy los jóvenes necesitan 14 años de sueldo para el mismo fin. Cada vez menos personas logran acceder a la vivienda. En 2006 solo el 28% de los hogares de menores de 30 años vivía de alquiler y en 2023 este indicador subió al 57%. Vamos a una sociedad de multipropietarios que acumulan cada vez más viviendas y una mayoría que no tiene ninguna.

Como se puede observar el futuro de los jóvenes, al menos en este país, no se presenta muy halagüeño en términos económicos.

Si hoy se quiere reducir significativamente las desigualdades, la redistribución no debe plantearse entre boomers y jóvenes, sino principalmente entre grandes propietarios de patrimonio y quienes carecen de propiedades. Para hacer esto posible quizá se precise un nuevo pacto social, lo que requerirá un gran consenso político que sólo se conseguirá si jóvenes y mayores se ponen de acuerdo.

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