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Opinión

La marcha de un Quijote

Querido Emilio: no por esperada deja de ser mas sorpresiva tu ausencia. Fueron muchos los momentos de convivencia y últimamente hemos tenido inolvidables vivencias. Recordamos con frecuencia aquellos años de Madrid en donde tú no solamente promocionabas los licores de los Serranos, sino que vendías como nadie a nuestra Asturias, por eso la gente te apreciaba y en las ferias del gourmet te llevabas a todo el mundo de calle, incluyendo a Rossy de Palma, que me la arrebataste en una noche, tras beber una serie de botellas de sidra, pero que al ver a sus guardaespaldas, pretendías que yo me quedase con ella. Eras romántico escribiendo y… también a la hora del promotor. Cuántas aventuras podríamos recordar en estos momentos.

Te vas porque en tu mundo de tertulia ya te sentías un poco aislado, la pérdida del oído te había jugado una mala pasada, algo así como lo que le había pasado al pintor de Fuendetodos, lo que le llevó a su aislamiento y a entrar en su etapa negra, pero pese a ello siguió pintando y expresando su crítica de una sociedad que en el mil ochocientos no tenía muchas diferencias con la actual; porque pasan los años pero los sentimientos siguen siendo los mismos, por eso Goya pintó hasta perder la cabeza en Burdeos y tú, querido Emilio, has escrito tus libros de poesía o prosa, cantando la luz del día en tu Ribadesella, haciendo resaltar el lugar de Collera, donde tus licores aliviaban al sediente peregrino que deseaba visitar el privado monasterio de Collera del cual tú eras prior, hermanado con el de Obona y Bárcena… en donde me habías nombrado abad. Hoy todos se quedan en soledad.

Qué tiempos aquellos en que a partir de Navelgas formamos aquel grupo de quijotes con algunos de los cuales ahora te vas a encontrar; Nicanor, José Manuel, Ramón Colado, Rufino Roces; y nos quedamos huérfanos Paco, Rionda, Fernando y yo mismo en esas rutas entre Navia, Morcín o… Madrid, donde además me pisabas posibles novias, pero siempre con alegría; creo sinceramente que tenías ganas de ausentarte y lo has logrado, porque te has dado cuenta de que esta sociedad se está deshumanizando y apenas si hay espacio para los quijotes.

Querido Emilio, te ausentas temporalmente y en cualquier momento nos reuniremos, porque esto es ley de vida y tu vida ha sido muy fructífera y dejas mucha semilla que ya está fructificando.

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