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Opinión

"Torturas VIP"

Dando por zanjado, pienso yo, este épico episodio marítimo de la flotilla activista de Gaza, convendría hacer alguna precisión debido a la supuesta gravedad del asunto, ya que algunos de los turistas del ideal han decidido denunciar "torturas de bajo impacto" de las autoridades israelíes que los detuvieron y mandaron de vuelta casa antes de las 72 horas. En algunos casos, incluso primero. Quedaba, al parecer retenida y pendiente de evacuar, la mallorquina que le propinó el mordisco a una funcionaria. Otros, como la famosa "Barbie Gaza", conocida también por "Lady Flotilla", han tenido la precaución de matizar que su "tortura" ha sido VIP si se compara con la de los palestinos. Aunque para librarse de las críticas por banalidad tampoco es que haga falta aclarar lo que cualquiera, incluso sus fervientes seguidores, comprende enseguida. Bastaría con decir: "Nos vocearon más de la cuenta y trataron con poca educación". Derramando unas lágrimas por el "trauma psicológico" lo hubieran despachado. En realidad, los activistas sobrevivieron a la más cruel de las torturas, que es la espera. Espera para zarpar, para llegar, para ser detenidos y, sobre todo, para que alguien los entrevistara. En eso consistía, verdaderamente, su misión liberadora.

Para darle crédito a todo ello me hubiera gustado que alguno de estos mártires de la incomodidad embarcados rumbo a Gaza con protectores solares factor 50, además de poner énfasis en los infelices palestinos y en ellos mismos, también se hubiera acordado durante su detención de lo que todavía tienen que estar padeciendo los rehenes israelíes que han logrado sobrevivir al secuestro de la organización terrorista Hamas. Hizo ayer dos años, Hamas aniquiló en solo una mañana a 1.200 personas, más que la ETA en cuatro décadas, marcando el inicio de la nueva, larga y cruel guerra emprendida en Palestina. No debemos olvidarlo.

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