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Opinión

De filias y fobias a Colón

España frente a América

Interpretar a Eisenhower, a América, viene a ser como descifrar el complejo número del cinco por ciento del PIB nacional para que España se dote de defensa, un "Si vis pace, para bellum" impuesto por los mismos que tienen capacidad de apretar un botón nuclear, lo que llamamos violencia estructural.

Eisenhower citaba el triángulo de hierro, detrás la industrialización armamentística; el General lo decía por la burocracia, política de Congreso y los grupos de interés. Tan actual, el cabildeo de esos grupos de interés sigue inescrutable, ¿si no cómo explicar la errática alineación de España?

Pongamos el ejemplo de la reciente inversión millonaria francesa en Sahara habilitando un aeropuerto en puertos donde Marruecos se frota las manos, eso no es un triángulo es la cuadratura del círculo tras la curatela impuesta al pueblo saharaui, España otorga.

El sociólogo Johan Galtung nos planteaba otro triángulo madre del cordero en política internacional y violencia: la estructural, cultural y directa.

La violencia estructural está consolidada y nos movemos en violencia directa que se explica en los conflictos y guerras abiertas, que cada cual saque sus conclusiones léase Gaza o Ucrania y aquellas de las que no hay noticias.

Nos queda la violencia cultural. No es que te golpeen con "El Quijote" de Cervantes, es más sutil y la salsa de todas las violencias.

Con la vista puesta en el 12 de octubre de 1492, el principal valedor de la OTAN, Donald Trump, declaró en clave de solfa que Cristóbal Colón fue un "hacha" para los Estados Unidos por su origen genovés.

Giorgia Meloni tiene algo que ver en esta entente italoamericana, Italia arrimó el hombro con la "América" de Vespucio por la colaboración de Filippo Mazzei con Thomas Jefferson negociando las armas para la independencia de Estados Unidos.

Más al sur de esta gran nación y pese al gran reconocimiento que Asturias rinde a México otorgando hasta veintidós "Premios Princesa" a los aztecas, nos siguen poniendo a caldo perejil por el Descubrimiento, exigiendo pidamos perdón pese a tender la mano cultural.

Hay una paz cultural, no todo es guerra en la fobia colombina que mantienen algunos países iberoamericanos con España, gestionamos mal los virreinatos y ahora lo mismo.

Países Bajos, El Vaticano, Portugal o Francia se disculparon por sus respectivas invasiones, tráfico de esclavos y demás excesos de enculturación. Lo que no está claro es que pedir perdón calme la violencia estructural, sin ir más lejos la de Venezuela.

El "Columbus Day" de los EE.UU. triangula entre la celebración del Descubrimiento y el perdón a los pueblos indígenas, sana combinación entre guerra y paz cultural, en la que España sigue dubitativa. No todo es el cinco por ciento del PIB que pide el presidente Donald Trump, aquél que nos da la paz o nos la quita pese a financiar el viaje a Colón.

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