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Opinión

Pídele cuentas a Puente

De marcha a la Corte por el recorte del peaje

Demasiado silencio administrativo, por lo civil, en una gran manifestación que congregaba a miles de asturianos exigiendo el fin del peaje, apenas una pancarta encabezaba la "mani" con el lema "Asturias unida"; detrás un séquito respetuoso sin más símbolos que acompañar en el sentimiento a la cabeza de la marcha.

Nada que ver con la gran imaginación echada al paso de la calle Uría cuando aquella corriente continua de pancartas, guiones y semiótica versátil clamaba por la enseñanza, no habrá otra igual para quienes asistimos a coro aún ajenos a la causa.

Pena de locales para que las charangas ensayen en Gijón, y qué bueno hubiera sido su participación proclamando al ministerio de Transportes, el día de la "mani". Hubieran resarcido las ansias de darle a la trompetilla, la turuta y al bombo a tope.

Si está demostrada la injusticia de apoquinar cada vez que pasamos el fielato, no cabe salir a la calle en procesión o séquito, propio de un día de luto que lo es, pues defender una noble causa por la autoridad principal de la región y que sus iguales le detraigan la razón no es para menos que entrar en duelo, pero hay que gritar al alto la lleva.

Hágase la voluntad del pueblo, de la imaginación abierta y en proceso más exigente. Que nos quiten quince o viente euros (que camino llevan) de tasas por rodar en autopista privada siendo pública, es pan para hoy y fame pa´ mañana, pues en otro impuesto habrán de desquitarse los de la Corte, en este caso el mismo Gobierno que nos gobierna en Asturias, nos dan como a "Panzorro" con las herencias y no rechistamos.

Una manifestación, en sentido estricto, sería exigir al Gobierno nacional que empiece a distribuir por regiones, países o cantones tantos edificios ministeriales como sea posible, dejando al Principado con el de Transportes, qué menos.

¿Acaso alguna otra comunidad tiene que atravesar tan pindia orografía como Asturias? Pues no.

A pensar en la próxima marcha, a ser posible a Madrid, o Barcelona (por qué no) si acaso pedir que medie Puigdemont, que aquí todo vale menos morder en Asturias donde cada vez que bajas a la hermana Castilla nos dan una buena mordida.

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