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Opinión

Inteligencia artificial para idiotas

La importancia de adaptarse a las nuevas tecnologías

Este artículo surgió como consecuencia de la conversación que tuve con un joven universitario. En esta conversación le explico que, tal como aseveran las más prestigiosas revistas especialistas en el asunto, en menos de una década, los ciudadanos no necesitaremos acudir a abogados ni atender procesos judiciales extensos y farragosos. Y todo ello gracias al soporte de la inteligencia artificial (IA), pues, cuando hables con una máquina "abogada IA", estarás siendo tutelado por los cien mejores bufetes abogados del mundo que dominan legislaciones regionales, nacionales e internacionales. Y lo mismo ocurrirá con la medicina. Cuando vayas a la consulta médica, el diagnóstico lo realizará una "médica IA" como si estuvieran trabajando en el asunto los cien mejores hospitales a la vez. El joven me interpela: ¿me dices que la IA será como consultar a Google sobre los dolores de cabeza? La medicina de Google no es más que una consulta muy limitada y carente de criterio formal. No deja de ser una mera consulta para la plebe. La IA es una herramienta de capacitación sublime que interactúa en micro segundos millones y millones de información especializada e interrelacionada.

Entonces, ¿para que estudiamos leyes o medicina? Hay que estudiar leyes, medicina, ingeniería, procesamiento de datos, etc., porque la inteligencia artificial y la robótica (que será, en parte, su mano ejecutora) necesita de talento humano para alimentar, mantener y dominar a las máquinas. ¿Sobrará infinidad de empleo? Obviamente sí, y se generarán otros muchos nuevos empleos. El futuro estará formado por dos tipos de seres humanos. Además de las élites multimillonarias, habrá una clase de individuos muy preparados y bien adaptados a la "ola artificial", y los que harán los trabajos más sencillos. La diferencia de salarios será abismal.

¿Esto es una sentencia para la sociedad que condena al ser humano a ser sedentario o un vago? Que va. Esto abre un abanico de posibilidades para vivir mejor, con más tiempo para disfrutar. Lo que es imprescindible para los jóvenes es no quedarse atrás y coger el tren de la innovación y entender la vida en el nuevo orden de lo artificial. Hay que tener en cuenta que para antes del 2040 el 90% de los empleos actuales desaparecerán o dependerán absolutamente de la IA.

El joven, aturdido por este discurso que rompe los esquemas, sentencia: "pues tal y como me lo cuentas no me interesa vender mi alma a una máquina, es peligroso. Si ahora la gente considera ciencia cierta lo que dice Google, en el futuro esa misma gente tomará la IA como un Dios. Y ya sabes que el que no cree en Dios…" La sociedad está en continua revolución de la tecnología: la invención de la rueda (3500 a.C), la máquina de vapor en el siglo XVIII, la invención del motor de gasolina en el XIX, la posterior electrificación, la cadena de montaje, el telégrafo y el teléfono, permitieron la producción de bienes en grandes cantidades. La tercera revolución industrial se basó en la adopción generalizada de la tecnología informática y el internet. En la actual revolución industrial la big data, la computación cuántica, el uso de robots autónomos tratan de interactuar entre humanos y máquinas para aumentar las capacidades. Ya hoy, la economía que está funcionando soberanamente bien en EE UU está acoplada a la operativa de los centros de datos y la IA, mientras la economía tradicional está en recesión. La cuestión a este punto, es decidir ser un adaptado a la nueva tecnología o ser un lerdo, y eso no la va a decidir ni los deseos, ni siquiera Dios, será la capacitación tecnológica de los individuos quien lo determine.

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