San Roque (Llanes),

Daniel BÁRBARA

La tranquilidad reina por primera vez en el Cuera desde 1994. Los ganaderos de la sierra trabajan y sus rebaños pastan, por fin, con absoluta normalidad, sin temor a los ataques del lobo. Las medidas de control programadas por el Gobierno regional, motivadas por la presión mediática de los ganaderos de la zona, han dado el resultado apetecido: la sierra del Cuera se encuentra libre de lobos. Así lo señalaron a este diario varios ganaderos que asistieron a una cena celebrada en Llanes el pasado viernes.

Desde febrero de 2006, fecha en la que se llevaron a cabo los primeros controles en el Cuera, hasta el mismo mes del pasado año, los cazadores abatieron doce lobos. Los ganaderos aseguran que las consecuencias de la incómoda situación vivida en los últimos 12 años se resumen en que «más del cincuenta por ciento del ganado menor ha desaparecido de las altas cumbres del Cuera».

La repoblación del ganado menor en la sierra del Cuera, según los ganaderos, será ardua y complicada. Los pastores más veteranos temen que los lobos reaparezcan pronto. Los más jóvenes, ante las dificultades laborales y económicas para iniciar una vida ligada al campo y a los animales, se han buscado el sustento de sus familias en otras localidades.

Otra de las consecuencias de esta problemática, subrayadas por los ganaderos, es que la escasez de ovejas y cabras en la montaña ha generado un aumento desproporcionado de los matorrales. El temor a los grandes incendios, provocados o no, es manifiesto entre la comunidad de los ganaderos de la sierra del Cuera. Muchos de ellos responsabilizan, con la boca pequeña, a determinadas personas o grupos de la región de la aparición del lobo en la sierra del Cuera.

Ésta es la situación que se vive ahora mismo en la sierra, a juicio de varios ganaderos de la comarca consultados por este diario, que asistieron, junto a más de un centenar de personas vinculadas al sector, entre las que se encontraban varios guardas y cazadores, a una cena multitudinaria celebrada en el restaurante La Veguca, en San Roque (Llanes).

Todos ellos participaron activamente en los controles del lobo realizados al amparo del Gobierno asturiano en la sierra del Cuera. «Lo más significativo fue la unión de todos los ganaderos; esta sintonía nos condujo a la solución del problema», destacó el presidente de las juntas ganaderas locales de Llanes, Juan Antonio Ruenes.

Los presidentes de las juntas ganaderas locales de la zona de Purón (Llanes) y del Valle Oscuru, Begoña Fernández y Francisco Javier Fernández García, respectivamente, confirmaron que durante el último año «no se han producido daños en el Cuera».

Finalmente el presidente de la junta ganadera local de Porrúa (Llanes), Eloy Rozada, aseguró que el número de cabezas de ganado menor «bajó más del cincuenta por ciento y, como apenas hubo ovejas y cabras en la zona, lo que más proliferó fue el matorral. La recuperación del volumen de rebaños existentes en su día en el Cuera será muy complicada».

Según Manuel Franco Díaz, ganadero de Alevia (Peñamellera Baja), «los mayores daños del lobo contra la cabaña ganadera se dieron en las zonas altas del Cuera, pero todos los ganaderos de la zona nos solidarizamos con la causa porque la problemática repercutía en todo el sector».

Ángel Fernández, ganadero de La Borbolla (Llanes), entiende que «la desaparición del lobo ha significado un cambio radical en la vida de los pastores y de los rebaños; hay total libertad de movimientos. Hoy día los ganaderos vivimos momentos de tranquilidad, pero hay incertidumbre porque la Administración regional no lleva a cabo un control exhaustivo del lobo en el parque nacional de los Picos de Europa, lo que puede suponer nuevos ataques del lobo».

Paco Cueto, ganadero de Colombres (Ribadedeva) y representante de la Asociación Española de Ganado Vacuno Selecto de Raza Asturiana de la Montaña (Aseamo), indicó que «durante los últimos años el 90 por ciento del ganado menor desapareció de la sierra del Cuera por los ataques del lobo. Tras la caída de los rebaños, los cánidos atacaron a las crías del ganado mayor, lo que generó un cambio en el sistema de manejo de los animales».

Manuel Escandón, ganadero de Alles (Peñamellera Alta), entiende que «la recuperación de los rebaños en la sierra del Cuera será muy complicada. Los pastores tienen mucho miedo a que se vuelvan a producir los ataques del lobo contra la cabaña ganadera, lo que significaría el fin del sector ganadero en la sierra».

Por último, Jorge Alonso, ganadero de Carreña (Cabrales), manifestó que «El Cuera vive una superpoblación de ganado mayor porque los pastores quitaron sus rebaños e incorporaron cabezas de ganado mayor. Esta situación, junto con la prohibición de las quemas por parte de las administraciones competentes, produjo un aumento considerable de los matorrales y de la maleza en la sierra del Cuera».