Naves (Llanes),

Daniel BÁRBARA

Una loba adulta, de más de 40 kilogramos de peso y del tamaño de un pastor alemán, según la descripción de los expertos, fue la última pieza de esta especie abatida en la sierra del Cuera. El último lobo del Cuera. El artífice del disparo: José Ramón Amor Platas, uno de los cazadores expertos contratados por el Gobierno regional para llevar a cabo las medidas de control de este carnívoro aplicadas en la sierra del Cuera a finales del año 2006, como consecuencia de los ataques de los cánidos a la cabaña ganadera a lo largo de los últimos doce años. Amor Platas relató a LA NUEVA ESPAÑA que la loba subía en dirección al pico Turbina cuando fue localizada.

En ese preciso momento, un grupo de cazadores que se encontraba en una zona limítrofe al concejo de Cabrales, tras avistar a la loba, disparó una serie de tiros sin alcanzar al cánido. Tras el primer sonido de los cartuchos, la loba dio media vuelta sobre sus pasos y bajó a una velocidad de vértigo en dirección a los canales de Purón. «Los cazadores que dispararon los primeros tiros nos avisaron de que la loba bajaba en nuestra dirección», refirió Amor.

Tras recorrer una distancia aproximada de 200 metros, según los cálculos del cazador, Amor Platas vio cómo pasaba la loba a tan sólo 40 o 50 metros de distancia de su posición de tiro. «El primer disparo lo fallé, pero el segundo alcanzó el arca del animal (a la altura del pecho y muy cerca del corazón)», detalló el cazador. Fue un disparo certero.

José Ramón Amor Platas, natural de Posada (Llanes), cuenta, a sus 50 años de edad, con una experiencia cinegética de 40 años. La caza es una de sus mayores aficiones. No es para menos, ya que José Ramón Amor Platas inició sus andaduras por los montes del oriente de Asturias cuando tan sólo contaba con 10 años. «Mi bisabuelo era cazador, pero yo empecé a ir de cacerías con Manolo el de Cata, cuando sólo tenía 10 años», puntualizó el cazador llanisco. A día de hoy, José Ramón Amor Platas forma parte de la cuadrilla de Pedro Amieva. El cazador participó en todas las batidas que se llevaron a cabo en la sierra del Cuera desde noviembre del año 2006 hasta finales de abril del pasado año, cuando se abatió la última pieza. En total, entre quince y veinte cazadores, ayudados por varios guardas del Principado y por un buen número de ganaderos de los concejos limítrofes a la sierra, participaron en las batidas llevadas a cabo en el Cuera. Fueron capturados doce lobos.

El cazador llanisco, sin dudarlo, afirma que los daños producidos a los rebaños de la sierra del Cuera fueron ocasionados por los lobos. «Los ganaderos tenían razón: no se trataba de perros asilvestrados, sino de lobos», sostiene.

Amor Platas indicó que el éxito de las medidas de control radicó en que «las batidas estuvieron muy bien organizadas y los ganaderos se lanzaron al monte con muchas ganas de solucionar el problema».

Uno de los grupos de cazadores y ganaderos avanzaba desde Alles (Peñamellera Alta) para caminar, a primeras horas de la madrugada, durante dos horas entre la oscuridad de la noche, la niebla e incluso la nieve. Otro grupo hacía lo propio por la zona de Purón.

Lo más duro de las batidas fue, según el cazador llanisco, «subir al monte y estar a la espera con un frío de muerte». Amor Platas añadió que «hay que estar muy pendiente en todo momento; tanto, que no te puedes agachar ni a darle un mordisco a un bocata, porque ya te pasó».

Tras el éxito de las batidas y la experiencia vivida durante más de un lustro, los ganaderos del Cuera expondrán sus vivencias en un encuentro internacional de pastores y ganaderos afectados por la problemática del lobo en la localidad francesa de Foix. De momento, no hay una fecha oficial para esta reunión. Los ganaderos y pastores del país vecino han aplazado en los últimos días este encuentro por problemas de calendario.