Demués, Ana ZAPICO

A escasos 500 metros de la localidad de Demués, en el concejo de Onís, el lobo ha dejado huella de su presencia. En la madrugada de ayer aparecieron, en el prau del Valle, seis ovejas jóvenes atacadas por uno o varios depredadores, una de ellas se encontraba devorada al completo, otra muerta, una cordera estaba agonizante y tres heridas, todas ellas propiedad de Ángel Suero, vecino de Demués.

La noche del pasado jueves, el lobo llegó al entorno del prau del Valle. Una res ovina apareció muerta y varias huyeron para más tarde ser localizadas desperdigadas en distintos puntos a bastante distancia de donde pastaban, espantadas por el ataque nocturno del depredador. Los vecinos de Demués comentaban con preocupación que hasta el momento el lobo no se había acercado tanto a la población, o al menos ellos no recordaban que algo así hubiera ocurrido en el pasado. Suero, propietario de las reses atacadas, afirmó estar dispuesto a dejar el pastoreo. «No me compensa. Los de la Consejería me pagan los daños, pero no se trata sólo de eso. Me cuesta un gran sacrificio cuidar de mi rebaño de ovejas, pero ¿de qué sirve todo mi trabajo si al lobo no se le mantiene a raya y cada poco tenemos ataques de lobos?», planteó el ganadero.