Oviedo, R. L. MURIAS

El proyecto de la Xunta de Galicia de construir una plataforma de carga y descarga en la ría de Eo no convence a las autoridades del Principado de Asturias, que temen las nocivas consecuencias medioambientales y económicas que la construcción de esta terminal flotante puede traer consigo en una zona de gran valor ambiental. Por ello, la consejera de Medio Ambiente, Belén Fernández, ha solicitado una reunión con la Xunta para conocer todos los pormenores de este proyecto.

El Gobierno asturiano ha emitido un comunicado en el cual explica que la idea de construir una terminal flotante en la ría que separa las dos comunidades autónomas, cuando menos, les ha «llamado la atención» ya que el proyecto está previsto en una zona de gran valor, incluido en el proyecto RAMSAR (Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional, especialmente como hábitat de aves acuáticas) y compartido por las dos comunidades autónomas.

El Principado alerta de que cualquier actuación en la ría puede alterar las corrientes y producir efectos medioambientales y económicos y afectar gravemente a la acuicultura, una de las más importantes bases económicas de la población de la zona.

La consejera de Medio Ambiente del Principado de Asturias, tras conocer las intenciones de la Xunta, se ha puesto en contacto con su homólogo gallego para tratar este tema, que podría afectar gravemente al ecosistema del Eo.

Proyecto

El proyecto que pretende sacar adelante Galicia supone la construcción de una nave que ocuparía 3.700 metros cuadrados de tierra y de 2.200 metros sobre la ría y persigue facilitar las descargas de forma directa a los camiones de transporte.

Desde que se diese a conocer el proyecto, el alcalde de Castropol, José Ángel Pérez, ya alertó sobre las posibles consecuencias de esta obra y explicó, en declaraciones a este periódico, que «no se pude permitir que Galicia haga lo que quiera en la margen gallega de la ría mientras que en Asturias se aplican restricciones». El regidor castropolense ya ha advertido de que esta obra perjudicaría gravemente a la margen asturiana provocando una mayor acumulación de arenas en Figueras, donde existen graves problemas de calado. Ahora es el Principado el que pide cuentas a Galicia para conocer sus intenciones en el Eo y para decidir si apoya o no esta obra que en principio parece no convencer a las autoridades asturianas.