Cómo sufren los políticos con los debates sobre sus sueldos. Probitinos. Pónense nerviosísimos. Los que están en la oposición, en cuanto pueden, intentan sacarles los colores a los que mandan, destacando lo muchísimo que cobran. Claro que esos mismos, en cuanto alcanzan el poder, lo primero que suelen hacer es subirse el sueldo. La pregunta del millón es: ¿Cuánto debe cobrar un alcalde o un concejal? Depende. Si lo hace bien; si defiende los intereses de sus vecinos; si atiende a los ciudadanos con prontitud, diligencia y eficacia; y si se dedica a servir y no a servirse, se merecerá el sueldo, por elevado que parezca. Claro que hay también quien se pone sueldos que nunca hubiera soñado y encima se cree el dueño del solar y el mocín de la película. En política, como en botica, hay de todo un poco.