Oviedo, L. M. A.

El helicóptero de Bomberos Asturias trasladó al mediodía de ayer hasta el Hospital Comarcal del Oriente a un guarda de la Consejería de Medio Ambiente y Desarrollo Rural, que presuntamente había sido picado por una víbora en el puerto de Arcenorio, en el municipio de Ponga, en las inmediaciones del parque nacional de los Picos de Europa.

El servicio de emergencias del 112 Asturias recibía la llamada de alerta por parte de un compañero del herido, a las 13.42 horas de ayer. Debido a la difícil orografía de la zona en la que se registró el accidente se decidió movilizar al Helicóptero de Bomberos de Asturias.

Una vez que el aparato llegó a la zona, y tras ser atendido el herido por efectivos del SAMU, el hombre, de 43 años de edad y que responde a las iniciales J. F. F., fue trasladado al Hospital Grande Covián, de Arriondas. Según las autoridades sanitarias, su estado no reviste gravedad.

La víbora de Seoane es el único reptil venenoso de Asturias. Su mordedura es grave y requiere asistencia médica urgente, pero rara vez provoca la muerte. Estos casos extremos se pueden producir en niños de corta edad mordidos en la cabeza o en el cuello o cuando el veneno ha sido inoculado en los vasos sanguíneos.

Las mordeduras provocan un dolor inmediato, de intensidad variable según la parte del cuerpo de que se trate. Transcurridos entre 15 y 30 minutos, la zona afectada presenta un aspecto amoratado; a la hora de la mordedura aparece una inflamación que puede extenderse mucho por el miembro afectado y que tarda semanas en remitir. También es frecuente una necrosis superficial.

Si el envenenamiento es leve, los síntomas se reducen al dolor y a un edema en la zona afectada; en casos moderados aparecen, además, vómitos, diarreas, náuseas, taquicardias, dolor abdominal y una fuerte sensación de sed. Si el envenenamiento es grave se producen una inflamación extensa, hemorragias, fallo renal agudo y trastornos neurológicos; ocasionalmente, el afectado entra en coma y muere. La gravedad del caso puede variar en las primeras 48 horas a partir de la mordedura.

La víbora de Seoane, al igual que las otras víboras ibéricas de veneno más tóxico, es tímida y huidiza y sólo ataca cuando se siente acorralada. Una estadística sobre ataques de víboras a personas en España recoge 23 casos de víbora de Seoane entre 1965 y 1980. Con frecuencia, supuestas mordeduras de víbora corresponden a culebras no venenosas, aunque los afectados pueden presentar algunos síntomas similares a los del veneno (temblores, taquicardias, sequedad de boca, diarrea) ocasionados por la ansiedad.

Este ofidio se halla ampliamente distribuido por Asturias, desde el nivel del mar hasta 1.900 metros de altitud, en bosques abiertos de roble, carbayo y melojo, en bordes forestales y en manchas de brezos y tojos siempre que en ellas pueda tomar el sol para regular su temperatura corporal. Se alimenta principalmente de roedores y musarañas, aunque también caza lagartijas, luciones, ranas y pollos de aves pequeñas.