Cangas, Alba SÁNCHEZ R.

El propietario del zoológico La Grandera, de Sotu Cangues, en Cangas de Onís, Ernesto Junco, calificó de «sospechoso» el informe realizado por el Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Alimentario (Serida) sobre el «caso de los alimoches». Junco tildó, asimismo, de «irregulares» los análisis de sangre realizados a los animales, sobre cuyo origen se ha desatado un agrio enfrentamiento.

Junco salía así al paso de una denuncia de la Coordinadora Ornitolóxica d'Asturies (COA), que cuestiona el nacimiento en cautividad de dos crías de alimoche, especie protegida, en agosto del pasado año. COA defiende que los pollos no nacieron en el zoológico de Junco. La denuncia de COA llevó al fiscal a ordenar a los técnicos de la Consejería del Medio Rural que realizaran una comprobación sobre la veracidad de la existencia de crías de alimoche nacidas en cautividad. Los análisis de los perfiles genéticos realizados ponen en entredicho los nacimientos en cautividad y la maternidad de los pollos, así como el trabajo del propietario de La Grandera.

Junco, citado a declarar el próximo 3 de junio ante el Juzgado de Cangas, afirmó que la denuncia es «totalmente falsa, y se demostrará con el tiempo». Aclaró que no parará hasta que se depuren responsabilidades, ya que esta denuncia está haciendo mucho daño a una labor de más de 20 años. Añadió que las pruebas de maternidad están «claramente mal hechas». Junco mostró ayer una de las pruebas que presentará en el Juzgado: el vídeo de la incubación reciente de un huevo de la madre de la polémica. La Grandera lleva más de 20 años trabajando con veinte especies en reproducción. Los alimoches llevan reproduciéndose en el centro desde 1996, con dos puesta al año, hecho del que tiene constancia el organismo que controla las especies protegidas desde el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.