Porrúa (Llanes),

Daniel BÁRBARA

«En las ciudades la tendencia es consumir cultura, mientras que en los pueblos se crea cultura». Fue una de las reflexiones realizadas el pasado domingo por el presidente de la Fundación Cultural Village of Europe, Bert Kisjes, durante la inauguración oficial de los actos del programa «Porrúa, pueblo cultural de Europa 2008». El presidente del comité organizador del evento cultural, Julio Tamés, subrayó esta intervención de Kisjes como «una de las ideas que encajan muy bien con la filosofía del trabajo que desarrollamos en el programa cultural de los pueblos europeos». Kisjes venía a decir que la posibilidad de atraer grandes eventos culturales a las ciudades o pueblos «está muy bien», pero la diferencia es que «no es tan importante comprar una entrada para asistir, por ejemplo, a un concierto musical, sino más bien que nosotros mismos seamos los protagonistas».

Por ello, el también presidente de la Asociación Cultural Llacín de Porrúa (Llanes), Julio Tamés, indicó que la línea que los pueblos deben seguir es «la potenciación de actividades artísticas que no están muy desarrolladas, como la pintura, la escultura, el teatro, la danza o hasta la propia literatura, que habría que tratar de estimular para ser creadores, y no sólo consumidores de cultura». Uno de los ejemplos señalados por Tamés fue el colectivo que él mismo preside en el pueblo de Porrúa. «A lo largo del año potenciamos diferentes actividades culturales dentro de la Escuela de Música Tradicional, el Mercado tradicional de Porrúa o la celebración de romerías, entre otras actividades», puntualizó Tamés.

El presidente del comité organizador de «Porrúa, pueblo cultural de Europa 2008» aseguró que las principales reflexiones sobre las conferencias inaugurales fueron ideas muy claras, con el objetivo de buscar el desarrollo de los pueblos a corto y a medio plazo. Y es que, según Tamés, existe la necesidad de un modelo de desarrollo para los núcleos rurales. «Está claro que los pueblos tienen futuro; eso es más que evidente. Pero esa necesidad de desarrollo, de alguna forma, no tiene por qué ser un crecimiento fruto de la casualidad, de las iniciativas privadas, particulares o institucionales que puedan surgir», comentó.

En esta línea se centra el trabajo titulado «Diagnóstico territorial y plan de ecodesarrollo: Porrúa 2008», dirigido por el profesor titular de Análisis Geográfico Regional del departamento de Geografía de la Universidad de Oviedo, Felipe Fernández García. La idea es que cada pueblo tenga su propio proyecto de desarrollo. Lo primero es preguntarse «cuáles son los recursos y las carencias de nuestra población», para después buscar soluciones de desarrollo «y que cada uno vaya por su camino», matizó Tamés.

Otra de las tendencias que se estudian en el trabajo encargado por los porruanos a la Universidad de Oviedo es la complementación de los servicios entre los pueblos. «Ni todos tenemos por qué tener muesos etnográficos, ni tenemos que tratar de concentrar los mismos servicios, porque, económicamente, no sería viable», aseguró Tamés. El presidente de la Fundación Cultural Village of Europe señaló el pasado domingo que a lo largo de estos últimos años el programa «Pueblo cultural de Europa» se ha ido consolidando desde la base de la convivencia entre los vecinos de los pueblos europeos integrantes del programa cultural. Ahora, Kisjes apunta hacia el desarrollo de los pueblos europeos.

Así, los núcleos rurales integrantes en el programa cultural europeo han comenzado a poner en práctica algunos de sus proyectos de desarrollo económico. «Nosotros ya empezamos a trabajar a nivel museístico con proyectos de otros pueblos europeos», aseguró Tamés. A lo largo del pasado fin de semana, las once delegaciones trabajaron en el proyecto «Work in the village», que se basa en el análisis de la situación actual del empleo y en las oportunidades de los pueblos. Uno de los proyectos estrella que saldrá adelante en las próximas fechas estará dirigido a las personas mayores. «Las prejubilaciones y el aumento de la esperanza de vida generan que los pueblos tengan unos ciudadanos con unas edades muy productivas, tanto por su motivación como porque son provechosos para la sociedad», explicó Tamés.