Bárbara MORÁN

Arriondas (Parres),

El conflicto en torno al futuro del Hospital Comarcal del Oriente de Asturias se ha convertido en «una enfermedad crónica» y, por el momento, sin tratamiento ni cura posible. Es la sensación de los trabajadores del centro, que mantienen desde hace meses un intenso pulso con las autoridades sanitarias asturianas. Entre la plantilla y las autoridades sanitarias que gestionan el Grande Covián se ha desatado una auténtica «guerra fría», dominada por la tensión. Y no se vislumbra ni la firma de un acuerdo de paz, ni de un tratado que asegure la estabilidad al centro sanitario, que lleva cinco meses sumido en una profunda crisis. «Este conflicto se cronifica. Hemos agotado las vías del diálogo. Hace ocho días que me reuní con el presidente del patronato, José Ramón Riera, y me aseguró que recibiría noticias para un nuevo encuentro. Aún estoy esperando. No renuncio a esta puerta, pero reconozco que cada vez está más cerrada y comienza en este hospital una auténtica guerra fría», aseguró ayer la presidenta del comité de empresa del hospital, Lola Colunga.

La plantilla no tiene noticias del Patronato de la Fundación privada Grande Covián, que gestiona el centro. No ha habido respuestas a las dudas sobre la transformación en fundación pública, ni tampoco sobre las inversiones que planea realizar la Consejería de Salud en el centro sanitario. «Estamos sin noticias. No nos sentimos ya ni parte de este centro, así que la situación es de guerra fría: las autoridades por un lado, y la plantilla, por otro. No sabemos absolutamente nada de los planes para este centro», subrayó Colunga.

Después de cinco meses de huelgas, manifestaciones, enfrentamientos, reuniones y fracasos, la situación en el Grande Covián vuelve a estar en el punto de partida, aunque con daños importantes: una lista de espera que ya supera los 2.000 usuarios y una plantilla desmotivada, que no quiere tirar la toalla, pero que se rinde ante la evidente «falta de interés por solucionar las cosas en este hospital y tratarlo igual que al resto en materia de servicios», puntualiza Lola Colunga. La portavoz de los trabajadores también recordó ayer que el plan de evacuación que impulsó el patronato del hospital junto a la gerencia del centro con el fin de rebajar la lista de espera heredada de las jornadas de huelga de la plantilla está siendo «un absoluto fracaso. No sabemos con qué criterio ni a quién derivan a otros centros. Se citan veinte pacientes de Arriondas en Jove y van cinco porque se niegan a pagar ochenta euros de taxi y porque, lógicamente, prefieren ser atendidos por su médico de siempre», concluyó Colunga. Los trabajadores descartan nuevas huelgas en los próximos meses.

- Los achaques del Hospital de Arriondas comenzaron antes incluso de nacer. La primera polémica surgió a la hora de decidir dónde se construiría el centro.

- Llanes y Arriondas eran las principales candidatas. Ambas pujaron fuerte, pero la capital parraguesa se impuso por una cuestión geográfica: está más cerca del centro de la comarca que la villa llanisca.

- El Hospital del Oriente fue inaugurado en el año 1997. Fue un empeño de varios mandatarios socialistas. No había dinero para un hospital público, así que alguien se sacó de la manga la solución de una fundación privada.

- El PP se mostró, en un principio, muy reticente con esta alternativa, sobre todo porque quedaba en el aire cómo se iba a financiar el centro, y reclamó un hospital público. Pero cuando alcanzó el poder tampoco modificó nada.

- En el Grande Covián se han sucedido los conflictos, sobre todo los laborales, ya que los profesionales ganan en Arriondas menos que en el resto de Asturias.