Beleño (Ponga), B. MORÁN

El PP de Ponga ha decidido plantar cara a al alcalde, Cándido Vega, de URAS-PAS, con quien gobernó hasta hace unos meses. Gabriel Iglesias, el líder de los conservadores ponguetos, dejó ayer «muy claro» que si el regidor quiere volver a gobernar con ellos deberá empezar a aplicar más «tolerancia y respeto» hacia los concejales de la oposición, del PP y del PSOE. Iglesias avanzó la primera medida que deja patente la decisión del PP de hacer frente al alcalde asturianista: en el último pleno celebrado en Ponga los populares pusieron sobre la mesa, por primera vez en este mandato, una serie de condiciones para votar a favor del único punto que se proponía en la sesión plenaria. Fue concretamente el polémico pleno que tuvo que convocarse hasta tres veces y que se saldó con la expulsión en la segunda convocatoria de la edil socialista Luisa Crespo.

Vega, que sólo cuenta con dos de los siete votos de la Corporación, no tuvo más remedio que aceptar las condiciones impuestas por los populares: crear una comisión de seguimiento para las futuras obras de reparación de la carretera de Viboli, que Ponga sufragará con cargo a los 74.000 euros que recibirá el concejo del Plan E.

«No estábamos dispuestos a que, una vez más, se hiciese lo que quiere Vega, porque así no son las cosas», señaló el concejal popular, al tiempo que añadió: «debemos cumplir como ediles con nuestra obligación de defender las necesidades de los vecinos, y eso estamos haciendo». Vega pretendía aprobar dos obras con la ayuda estatal: reparar tres kilómetros de la cuneta de la carretera que da acceso a Viboli y levantar un muro de contención en una parcela de Beleño para la posterior construcción de unas piscinas. Finalmente el regidor tuvo que ceder, ya que tanto el PSOE como el PP propusieron destinar los fondos íntegramente a la carretera de Viboli.

El PP aseguró que a partir de ahora «se harán las obras que respalde la mayoría de los ediles, porque nosotros, como él, representamos a los ponguetos. Vega tiene que mentalizarse de que gobierna en minoría», indicó Iglesias.

Las relaciones entre Vega e Iglesias siguen siendo tensas. Según el portavoz popular porque el Alcalde «sigue sin tenernos en cuenta, sin buscar consenso y entonces sólo logra crispar más el ambiente con sus imposiciones».

PP y URAS-PAS gobernaron juntos en Ponga durante dos años, aunque ya desde los primeros meses las relaciones comenzaron a flaquear. A pesar de la trayectoria, repleta de enfrentamientos y desaires, de este matrimonio de conveniencia, ni el PP ni URAS-PAS descartan volver a compartir el poder. Claro que «hay muchas cosas, principalmente de la actitud política y personal de Vega, que deben cambiar si realmente quiere que volvamos a gobernar en coalición», señaló Iglesias.

Así las cosas, la oposición anuncia que habrá más «tolerancia» a la hora de tomar decisiones. El Alcalde debe tener en cuenta a los demás partidos, no tiene mayoría absoluta», destacó el dirigente conservador, mientras recordó al regidor asturianista que tiene que dejar de intentar imponer siempre sus criterios y decisiones».