Ribadesella, Bárbara MORÁN

En ocasiones el desarrollo humano «pisotea» al reino animal. La plena y pacífica convivencia entre ambos mundos sigue siendo una de las principales tareas pendientes de la humanidad. En Ribadesella, las autoridades municipales intentan hallar un difícil equilibro. El objetivo es salvar las nutrias. En las inmediaciones de la villa hay una importante población de esta especie, pero en los últimos años cerca de una docena de estos animales han sido atropellados a la entrada de la capital del concejo.

En el entorno de la ría riosellana suele ser común avistar nutrias. Es un privilegio para todos aquellos que aman al mundo animal. Aunque esta especie protegida y catalogada como un animal de «interés especial» se enfrenta en Ribadesella a un peligro propio del desarrollo humano.

Las nutrias que habitan en la ribera del Sella y en el parque del Malecón, donde desemboca el río San Pedro, utilizan un paso natural que discurre por detrás del barrio del Tocote y por el que acceden a estos dos lugares, que suelen frecuentar en busca de alimento o para dirigirse a sus madrigueras. Pero, cuando las nutrias utilizan este paso deben cruzar la N-632, la vía que da acceso y salida a Ribadesella por el Oeste. Aproximadamente a la altura de la zona de El Picu, los coches suelen ir a una velocidad considerable y en los últimos años ya han sido arrolladas aquí más de diez nutrias.

Hace dos semanas fue atropellada la última. Un ejemplar hembra y de edad adulta. Ante esta situación y dado que al tratarse de una especie protegida los gobernantes deben velar por cuidar su supervivencia, el concejal de Medio Ambiente de Ribadesella, Francisco Vázquez, está actualmente estudiando cómo acabar con estos atropellos. Vázquez plantea varias opciones para evitar que más nutrias mueran en la calzada. Una de ellas sería desplazar unos veinte metros el semáforo que está en la N-632, a la entrada de la villa, para que los conductores aminoren la marcha en el punto por el que suelen cruzar las nutrias. Otra idea es señalizar la zona para que los conductores sepan que por ese punto «está el paso natural de las nutrias y que pueden encontrarse con un ejemplar», explicó Vázquez. Los conductores deben saber que al final del tramo de la N-632, a unos metros del semáforo actual, está el camino que las nutrias deben hacer para llegar a sus madrigueras o buscar alimento. Moderar la marcha puede evitar más muertes, señaló Vázquez.