La Franca (Ribadedeva), Rebeca AJA

El concejo de Ribadedeva repite como sede del congreso nacional bienal de la Red Olfativa Española (ROE) que se celebra en el hotel Mirador de La Franca del 6 al 9 de mayo. Más de cincuenta investigadores de distintas universidades y hospitales de España y, en esta edición, también de Estados Unidos, Méjico y Suiza, abordan estos días los distintos aspectos del desarrollo del sistema olfativo y de los receptores de feromonas en vertebrados.

Un sistema cuya investigación ha estado infravalorada, al menos hasta la concesión, en 2004, del Premio Nobel de Fisiología y Medicina a los doctores Richard Axel y Linda Buck por su estudio del código olfativo, que hizo ver a la ciencia la necesidad de mirar más por el olfato.

En el ranking de los sentidos humanos el olfato está a la cola pero cuenta mucho más de lo que intuitivamente se manifiesta. «Genéticamente tenemos veinte mil genes y de ellos 350 están dedicados exclusivamente al olfato, que condiciona mucho nuestro comportamiento porque cuando se pierde la capacidad olfativa se pierde la mayoría del placer de la comida cuyo sabor nos da el olfato», comenta el doctor Iván Rodríguez, de la Universidad de Ginebra.

Hay quien ha tenido buen olfato para hacer de este sentido un «business» (negocio). Así califica Rodríguez la publicidad engañosa de muchos perfumes que se venden por Internet bajo el cebo de contener feromonas (sustancias químicas secretadas por un individuo para provocar un comportamiento determinado en otro individuo de la misma especie). «Solo hay una evidencia que está muy clara en humanos y es un grupo de moléculas que están producidas por el sudor axilar que induce una sincronización de la ovulación en mujeres cuando viven juntas, algo que se ha observado, por ejemplo, en conventos. En los perfumes no hay investigación que respalde que contiene feromonas humanas, lo que hay dentro es una molécula, androstenona y androstenol, que produce el cerdo macho en la saliva y que en cerdos tiene un efecto feromonal muy fuerte entre las hembras que se quedan esperando al macho para la monta».

Laura López-Mascaraque, presidenta de la ROE y organizadora del congreso junto a los doctores Ángel Acebes, del Instituto Cajal (CSIC) y la doctora Esther Alcorta, de la Universidad de Oviedo, sintetiza algunas de las líneas de investigación de una disciplina muy amplia como, por ejemplo, si la pérdida de olfato puede ser un indicativo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson.

Por su parte, Alcorta detalla la aplicación industrial de la disciplina, por ejemplo, en la enología o en el tratamiento de plagas agrícolas.