Llanes, María TORAÑO

«Se trata de un proyectil de artillería rompedor de 155 milímetros, capaz de tumbar una casa». Así explicó las características del artefacto encontrado ayer en el puerto llanisco uno de los técnicos Especialista en Desactivación de Artefactos Explosivos (TEDAX) de la Guardia Civil de Gijón que se desplazó a la villa para retirarlo. Sobre las 9.15 horas los obreros se encontraban trabajando en el dragado de la dársena y en la retirada del dique artificial cuando entre el material extraído por una pala retroexcavadora vieron algo que les llamó la atención.

Se trataba de un proyectil de unos 60 centímetros de longitud y 60 kilogramos de peso, de la Guerra Civil. Inmediatamente dieron aviso a la Policía Local que acordonó la zona, retiraron las máquinas de trabajo y esperaron la llegada de los técnicos. La bomba se encontraba en las proximidades de la rampa de la Tejerina, bajo la casa donde tiene su sede la Asamblea Local de Cruz Roja. Según confirmaron los expertos, se trata de una pieza lanzada por un cañón terrestre que a pesar de los más de sesenta años transcurridos se encontraba perfectamente operativa. «Son explosivos militares muy resistentes, preparados para aguantar el paso del tiempo y las inclemencias», aseguraron los Tedax, quienes explicaron que el alcance de la metralla podría llegar a 300 metros alrededor. La operación fue rápida y sencilla ya que la pala ya había extraído el proyectil y sólo tuvieron que recogerlo.

«La máquina pudo correr riesgo ya que al ir mezclado entre las piedras y estar cubierto de escombros es difícil distinguirlo», explicaron. Pasadas las 11.30 horas se llevaron el artefacto envuelto en una manta antiexplosión para su destrucción inmediata en un campo del Ejército. «Es difícil especificar de qué bando era pues ambos usaban el mismo tipo de proyectiles», comentaron y añadieron que normalmente no se analizan estas bombas ya que «se conocen de sobra» y lo primordial es hacerlas explotar con seguridad cuanto antes.

La aparición de explosivos de la Guerra Civil enterrados y extraviados es más común de lo que parece y este año los Tedax de Gijón atendieron un centenar de incidencias de este tipo. «Hay que tener en cuenta que a veces en una sola operación sacamos once proyectiles a la vez», afirmaron. La actividad en las obras del puerto continuó posteriormente con normalidad y la pala y un camión continuaron retirando la estructura del dique artificial mientras el resto de obreros actuaban en la futura compuerta.