Llanes, Ramón DÍAZ

¿Qué tal una papada de cerdo con caldo de cocido y vinagreta de garbanzos? Seguro que delicioso, porque con este y otros tres platos consiguió el llanisco Ricardo González Sotres el segundo puesto en el VI Campeonato de España de Cocineros Jóvenes, celebrado en Vitoria. Ricardo González, jefe de cocina del restaurante El Retiro, en Pancar (Llanes), propiedad de sus padres, ha demostrado con sólo 25 años de edad, que va para genio de los fogones. Si no lo es ya.

A Ricardo González, que no es amigo de concursos, le llamó la atención el Nacional para jóvenes chefs menores de 30 años. Los organizadores pedían cuatro recetas, tres saladas y una de postre. De mano, por escrito. Y el joven cocinero llanisco envió las suyas; entre ellas, una cremita de mascarpone con helado de piña, café y cacao. Ambrosía. De entre los cientos de aspirantes de toda España, la organización eligió a ocho. Ricardo González estaba entre ellos. Era ya todo un triunfo, pero lo bueno estaba aún por llegar.

Después quedaba llevar a la práctica las recetas, para lo cual los participantes tenían un máximo de cinco horas. Ricardo González se fue a Vitoria con su ayudante de cocina, Javi López. Mano a mano, tiraron de cazuela, con el firme objetivo de convencer a los nueve miembros del jurado, cocineros unos, críticos de cocina los demás. Unas ostras con licuado de manzana, albahaca y rúcula, y unas vieiras con cecina y otros ingredientes del todo desconocidos para los profanos convencieron a los jueces.

Sólo el valenciano Paco Morales, cocinero con mucha más experiencia que el llanisco, más conocido en el mundillo gastronómico y responsable de la cocina de un restaurante con una estrella Michelín quedó por delante. El segundo puesto, al margen de un excelente escaparate para el joven cocinero de Pancar, supo a gloria.

Ricardo González es cocinero por vocación. Y por genética. Primero sus abuelos y ahora sus padres son los propietarios de El Retiro, un restaurante que poco a poco va sonando entre los entendidos. empezó de niño, «estorbando», y casi sin querer, poco a poco, se enamoró de la cocina. Estudió en la Escuela de Hostelería de Llanes. Y estuvo cuatro años con Nacho Manzano en Casa Marcial (dos estrellas Michelín), en La Salgar (Parres), y después en los restaurantes Casento, en Valencia, y Las Rejas, en Cuenca, ambos con una estrella en la conocida guía gastronómica de la marca de neumáticos francesa. A continuación decidió regresar a su casa, a El Retiro.

Asegura que su «sueño» es, precisamente, trabajar en su casa, con su familia, hacerse un nombre en este complicado mundillo de la cocina y, por encima de todo, «dar bien de comer, que los clientes salgan contentos y que el negocio marche», pues la crisis aprieta mucho. Está «muy cómodo» en Llanes y ya se le ha pasado el afán de hace unos años por salir a ver mundo. Ahora se conforma con viajar de vez en cuando para seguir aprendiendo. Y con leer, mucho.

A Ricardo González le gustan todos los «palos», tanto la cocina tradicional como algo más elaborado, el caso es que «transmita sabor y que tenga sentido». Entre sus «favoritos», Nacho Manzano, Manolo de la Osa, Martín Berasategui y Dani García. Le gusta trabajar con ostras, oricios, el cerdo y las legumbres. Del premio que logró en Vitoria guardará el trofeo; los 3.000 euros se los gastará en viandas.