Colunga, Bárbara MORÁN

Quienes visiten el Museo del Jurásico de Asturias (MUJA) podrán descubrir de una forma más visual cómo son los escarpados lugares de la costa oriental en los que el equipo científico que lidera el geólogo José Carlos García-Ramos ha rescatado durante los últimos años miles de huellas, huesos y rastros de los animales que habitaban la tierra hace milenios.

El MUJA cuenta desde ayer en sus jardines con tres réplicas de dos de los yacimientos de icnitas más importantes y reseñables, por su gran variedad de restos, de la costa jurásica asturiana. Son los yacimientos de la playa de La Griega (Colunga) y los acantilados de Tereñes (Ribadesella). En el yacimiento colungués se han rescatado huellas de diferentes tamaños de saurópodos. Entre ellas, allí el equipo científico del MUJA encontró la huella más grande rescatada hasta el momento en el mundo de esta especie. El yacimiento de Tereñes es uno de los más interesantes de la península Ibérica. En él se han contabilizado hasta 200 huellas diferentes. Además, este yacimiento forma parte de la candidatura de icnitas de la península Ibérica a ser declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO. Y es el «buque insignia» de los yacimientos asturianos presentados a la UNESCO.

Tres grandes maquetas a escala casi natural muestran a los visitantes cómo se puede apreciar una huella de dinosaurio entre la erosión y las caprichosas formas propias de los terrenos rocosos en los que quedaron sepultados restos de animales. O también cómo interpretar datos geológicos que ayudan a explicar cómo era la Tierra hace millones de años. La costa jurásica asturiana, que abarca desde Gijón hasta Ribadesella, es Monumento Natural desde 2001.

Las réplicas de estos dos yacimientos han sido subvencionadas por organismos como el Ministerio de Ciencia e Innovación, dentro de la convocatoria de ayudas para el fomento de la cultura científica y de la innovación. Recrear los escarpados terrenos que recorren durante todo el año Laura Piñuela, García-Ramos y José Ignacio Ruiz Omeñaca, el terceto que integra el equipo científico del MUJA, es acercar a las miles de personas que visitan el edificio la labor científica de este grupo y la riqueza paleontológica de la costa jurásica asturiana.

Estos nuevos servicios buscan acercar la ciencia y la riqueza paleontológica a todo el mundo, sin excepciones. De ahí, que la información que aportan al visitante los paneles explicativos que acompañan a las maquetas se ofrezcan en braille, para que los ciegos puedan leer la información y conocer la importancia científica del litoral oriental de Asturias. Pero el proyecto es aún más ambicioso y pretende romper más barreras. De este modo, y para acercar la paleontología a los ciegos, se realizará un taller basado en el tacto y adaptado a sus necesidades. También aquellas personas con discapacidades físicas, psíquicas o con movilidad reducida pueden disfrutar de estas maquetas y descubrir dónde se localizan las valiosas huellas. De otra forma sería más complicado, dados la ubicación y el difícil acceso a ambos yacimientos. Adolfo Cuétara es el autor de las cuatro maquetas.