Cangas de Onís,

Ramón DÍAZ

La imagen que los turistas se llevan del parque nacional de los Picos de Europa es excelente, ya que más del 90 por ciento de ellos se muestra muy satisfecho con la visita. Los visitantes valoran, sobre todo, la tranquilidad y la espectacularidad del paisaje de los Picos de Europa, según se recoge en «La red de parques nacionales en la sociedad. Estudio explicativo sobre la percepción social de la red de parques nacionales», publicado por el organismo autónomo Parques Nacionales, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente.

Sin embargo, pese a ese elevadísimo grado de satisfacción tras la visita, la práctica totalidad de los turistas que se adentran en los Picos de Europa (lo mismo que los de los otros trece parques nacionales de la red estatal) rechaza frontalmente la posibilidad de pagar por la entrada en el espacio protegido, como se hace, por ejemplo, en un museo. La conclusión de los autores del estudio es clara: «Todavía no existe en la opinión pública la valoración equiparada entre el patrimonio natural y el patrimonio histórico-artístico», pese a que se espera que tenga «una serie de equipamientos, servicios y atención de calidad».

El rechazo al pago por la entrada en los parques nacionales es generalizado en toda la red estatal. En el caso de los Picos de Europa se une además la circunstancia de que existe una suerte de pago encubierto (no obligatorio, eso sí), dado que el acceso al parque nacional por Covadonga (la zona más visitada) en vehículo particular está prohibido durante varias horas al día. A cambio se fletan autobuses de pago (7 euros el billete de adulto y 3 el de menores de 12 años) y existen aparcamientos, también de pago (2 euros por jornada). Todas las consultas que este periódico ha realizado hasta el momento sobre los precios del plan a los Lagos han denotado las quejas de la mayoría de los usuarios, que consideran los precios de los billetes de los viajes y de los tiques de aparcamiento excesivamente caros.

Uno de los «peros» que los autores del estudio encuentran tras analizar las más de 5.000 encuestas realizadas, es la bajísima afluencia de personas mayores de 65 años a los parques nacionales. Una situación a corregir, porque la población jubilada constituye para España y el resto de Europa «un porcentaje importante de la población potencialmente viajera».

Más aún: el de los jubilados y pensionistas es un sector de la población que tiene muchas más facilidades que el resto para viajar fuera de la temporada alta y así buscar la desestacionalización de las visitas, algo de lo que está muy necesitado el parque de los Picos de Europa, donde la inmensa mayoría de las entradas se registra en el mes de agosto. La alta calidad y esperanza de vida permiten que los jubilados puedan realizar viajes para realizar «actividades físicas moderadas», pero los parques nacionales «no se incluyen entre sus preferencias, bien por aspectos ligados a la logística preestablecida por las agencias de viajes e instituciones públicas o por las propias preferencias del jubilado», señala el estudio.

Los Picos de Europa es elegido como destino principal de la mayoría de sus visitantes, un 62 por ciento exactamente, lo que lo sitúa en el quinto lugar de este ranking, por detrás de Cabañeros, Ordesa, Monfragüe y Sierra Nevada. Esto hace que sea uno de los parques nacionales en los que se registran visitas más prolongadas por parte de los visitantes. De hecho, el de los Picos es el parque nacional español con las visitas más prolongadas: el 30 por ciento de los visitantes se queda en el entorno del espacio protegido entre dos y cuatro días, mientras que en el resto de la red la mayor parte de las estancias es de una a cuatro horas.

Este dato contrasta con el hecho de que los Picos sea uno de los parques nacionales españoles con menor afluencia porcentual a sus centros de visitantes: sólo un 14 por ciento de las personas que se adentran en el espacio protegido visita los centros de visitantes de la Casa Dago (Cangas de Onís), Pedro Pidal (los Lagos) o Sotama (Cantabria). Es otro de los «peros» del Parque, ya que en lugares como Doñana o Garajonay más del 60 por ciento de los turistas entran en los centros de visitantes.

Este hecho provoca que los visitantes de los Picos de Europa abandonen el espacio protegido con un conocimiento de la historia, valores naturales y culturales, información práctica y actividades menor que en otros parques nacionales. El año pasado visitaron los centros de visitantes de los Picos unas 155.000 personas: 82.053 el centro Pedro Pidal; 60.656, el centro de Sotama, y 13.894, la Casa Dago. Otras 246.000 personas visitaron otras casetas y oficinas del Parque.