Llanes, R. D. / E. G. C.

El racionalismo de Joaquín Ortiz fue ayer protagonista de la jornada en la Casa Municipal de Cultura de Llanes, donde, a las 8 de la tarde, el director de la instalación, Higinio del Río Pérez, presentó su libro sobre el arquitecto que marcó un antes y un después en la imagen del concejo. «Joaquín Ortiz, un arquitecto racionalista» es el título de la obra del periodista, gestor cultural y colaborador de LA NUEVA ESPAÑA Higinio del Río, que dirige la Casa de Cultura de la villa desde 1990. El volumen, editado por Hércules Astur de Ediciones y presentado hace unos días en Oviedo, recoge la biografía de Joaquín Ortiz García (Valladolid, 1899-Ribadesella, 1983), arquitecto municipal del Ayuntamiento de Llanes durante la década de los años treinta del siglo pasado. En la presentación participarán el diputado en el Congreso por Asturias y ex alcalde de Llanes Antonio Trevín; la alcaldesa, Dolores Álvarez Campillo; el editor de la obra, Nicolás Egido, y la catedrática de Historia del Arte María Cruz Morales Saro.

El libro de Higinio del Río aborda la vida y obra del arquitecto, así como un detallado recorrido por una década crucial en la historia de Llanes, Asturias y España, la de la Segunda República y la Guerra Civil. Joaquín Ortiz fue arquitecto municipal de Llanes desde 1929 hasta 1937. Cofundador de la Agrupación Socialista Llanisca, presidió en la villa el Círculo Republicano. En la Revolución de Octubre de 1934 jugó un activo papel y durante la Guerra Civil fue uno de los técnicos encargados del programa de fortificaciones militares en Asturias. Después de la derrota del bando republicano en 1939 se exilió en la República Dominicana (1940-1945) y en Venezuela (1945-1977), países en los que desarrolló notables proyectos.

Pese que, como recordaba ayer la alcaldesa, «él fue una figura discreta, uno de los primeros funcionarios municipales que nunca buscó reconocimiento», está considerado como uno de los mejores representantes de la corriente racionalista en Asturias. Joaquín Ortiz renovó el lenguaje arquitectónico en el concejo de Llanes, especialmente en la villa.

A él se deben numerosos proyectos de viviendas unifamiliares (muchas de ellas encargadas por indianos), edificios de viviendas como el del Borinquen o la casa de Contró, obras públicas como la antigua rula de Llanes, fábricas y almacenes, consultorios médicos y sanatorios, puentes, calles y plazas (como la de la Corrada de Porrúa), así como obras de alcantarillado y abastecimiento de agua. Conjuntamente con su colega Manuel García Rodríguez, en 1936 proyectó en Gijón, en la plaza de San Miguel 1, el primer «rascacielos» de Asturias.