Torre (Ribadesella), Emilio G. CEA / Ramón DÍAZ

David Mateos Rosete, conocido como «Puru», riosellano de 32 años, percusionista del grupo folk «Corquiéu» , empresario, artista, músico, deportista y conductor de rallies, fallecía ayer por la tarde a consecuencia de las gravísimas quemaduras que sufrió el miércoles, al explotar el coche que conducía cerca del pueblo de Torre, en Ribadesella. La muerte de Puru, poco después de haber sido trasladado desde el Hospital Universitario Central de Asturias, en Oviedo, a la unidad de grandes quemados del Hospital Universitario de Getafe, provocó una auténtica avalancha de condolencias en las redes sociales, principalmente en su biografía de Facebook, donde cientos de personas lamentaban el trágico desenlace y enviaban mensajes de ánimo a sus familiares.

Integrantes de grupos de música de Asturias y Cantabria, como «Bodhran» o «Garma»; pilotos como Dani Cue; equipos de rallies, de automovilismo y de kart de todos los rincones de España; escuderías; deportistas como el piragüista Javier Hernanz, e incluso partidos políticos dejaban testimonio de su pesar en internet, donde los mensajes se contaban por millares a primera hora de la noche.

El accidente que causó la muerte a David Mateos ocurría mientras el joven probaba su coche, un Peugeot 205, matrícula B-0562-LK, en una carretera que se habilita frecuentemente para la disputa de rallies. Lo probaba para comprobar su funcionamiento, porque iba a prestárselo a un amigo para que compitiera en una prueba. Por causas desconocidas, el coche explotó y se incendió produciendo terribles quemaduras a Puru, que afectaron a más del noventa por ciento de su cuerpo.

Salió como pudo del vehículo en llamas, cruzó la carretera y se lanzó por un pequeño terraplén al río Castañar de García, que avanza en ese punto muy cerca de la carretera, para calmar el intenso dolor de las quemaduras. A continuación, David Mateos echó a correr a toda prisa hacia Torre para buscar ayuda. Pudo hacerlo porque los pies eran la única parte de su puerto que no estaba quemada. A unos ochocientos metros del lugar del siniestro vio un vehículo.

«¡Arcadio, Arcadio, que me muero!», gritó David Mateos al comprobar que se acercaba el vehículo de un vecino de Torre al que conocía muy bien, Arcadio Corteguera. Este hombre, aún tremendamente impactado, calificó ayer de «dantesco» lo que ocurrió después: «Iba en todoterreno y poco antes de tomar la carretera para ir a La Joyeda vi a más de doscientos metros a una persona desnuda, que me dio la impresión de que estaba pintada de negro. Pensé que sería algún gracioso haciendo el tonto», rememoró el vecino, fuertemente impresionado por el suceso.

«A lo lejos escuché mi nombre y conocí a David por la voz. Se dirigía hacía mí pidiendo ayuda», relató Corteguera. «De inmediato me bajé del vehículo. David tenía todo el cuerpo quemado, salvo los pies. Me pidió agua y me apresuré a darle una botella que llevaba en el coche», señaló. «Tras dar un trago, me dio la impresión de que escupía ceniza», rememoró Arcadio Corteguera. El joven estaba abrasado y quería calmar los tremendos dolores: «Me dijo también que lo llevara al río», asegura Corteguera, a quien el joven confesó que el coche le había explotado con él dentro. El vecino de Torre lo convenció para que no se acercara al río y para que esperara a que llegaran los servicios de emergencias, a los que llamó de inmediato.

Entonces llegó la abuela de David Mateos, que reside en las inmediaciones. Había escuchado los gritos de su nieto pidiendo ayuda y la mujer creyó que quien se encontraba en apuros era Arcadio Corteguera. «La abuela de David llegó con la idea de socorrerme a mí, pensando que me había caído al río. Pero se encontró con su nieto en esa situación», apuntó muy afectado el vecino de Torre.

El joven, según relató Arcadio Corteguera, se alteró aún más de lo que ya estaba al ver a su abuela. «No podía estarse quieto. En ningún momento perdió el conocimiento. Su situación era muy grave, pues tenía prácticamente quemado todo el cuerpo. Tan sólo los zapatos estaban intactos», comentó Corteguera. «Mi única obsesión, desde que llamé al 112 hasta que llegaron, era que no se cayese al suelo, pues tenía miedo de que no se levantase por el estado de las quemaduras», añadió el vecino. También llegó para atender al músico riosellano María Fernández, asimismo vecina de Torre, quien ayudó a Corteguera a socorrer al joven hasta que, poco después, llegaban los servicios de emergencias y era trasladado al Hospital Central de Oviedo en una uvi móvil.

David Mateos era miembro fundador del grupo «Corquiéu», uno de los más destacados de la escena folk asturiana, que echó a andar en 1997. Inició estudios de gaita en el año 1995, con José Ángel Hevia como maestro. A la vez, empezó estudios de percusión y entró en la Banda de Gaitas «Ribeseya», de Ribadesella. David Mateos formaba parte de l grupo folk «P'Amusquis» y colaboraba asimismo con grupos del «Xéliba», «Tuenda», «Llacín», «Mala Reputación», «N'Arba», «Naheba», «Aprieta'l Culo» y el mítico «Nuberu».

El joven percusionista era, asimismo, propietario del Chigre Corquiéu, abierto en 2005 en Ribadesella. Era también un destacado «biker»: fue campeón de Asturias de descenso en bicicleta.