No será fácil olvidar aquel verano en el que la naturaleza, siempre sabia, se alió con la principal fuente de ingresos que tenemos en Llanes, el turismo en todas sus formas. El que no estuvo, una vez más, a la altura de la temperatura que nuestros visitantes disfrutaron fue el gobierno municipal socialista que ya tiene sobradamente demostrada su inoperancia en los momentos álgidos. El tradicional caos circulatorio en la villa de Llanes fue superado en muchos de nuestros pueblos y en los accesos a sus pobladas playas, que sin previsión de aparcamientos ofrecieron un espectáculo lamentable. Es lo que podríamos llamar turismo salvaje en el peor sentido del término. Así es, la suciedad en algunas de estas playas llegó a ser preocupante, siendo motivo de queja y de crítica en este Llanes que pretende ser de excelencia turística. Mención especial merece el triste estado de la mágica playa de Cuevas del Mar, a la que el poeta Pepín de Pría dedicó los mejores versos en lengua asturiana, y donde desemboca el río Ereba, hoy convertido en estercolero maloliente. El Excelentísimo Ayuntamiento socialista de Llanes es solo excelentísimo para ellos y para los agradecidos personajes de su cuerda que tiene a bien satisfacer.

Probablemente en el gobierno municipal socialista nadie pensó en la necesidad de tener áreas de servicio para autocaravanas, como por ejemplo ya tiene Cangas de Onís, y que es una forma de hacer turismo muy interesante y que facilita el contacto con la naturaleza. Este verano vimos muchas mal aparcadas y sin unas mínimas condiciones de limpieza e higiene. El parque de autocaravanas en Europa es de aproximadamente un millón y medio de unidades y hay más de cinco mil áreas de servicio para estos vehículos repartidas por todo el continente, de las cuales cerca de dos mil están en la cercana Francia. El turismo de autocaravana no es estacional, es para todo el año, y debería de ser atendido.

Y qué decir de los llamados chiringuitos de playa, que están en una inseguridad jurídica permanente, sin que el Ayuntamiento haya intentado nunca solucionar sus problemas, aunque dándoles, eso sí, palmadas de ánimo en la espalda. No hay ninguna normativa de playas, como ya tienen otros concejos costeros de Asturias. El pasado año ya no abrieron cuatro de las cinco oficinas de turismo que había, dicen que para ahorrar. La señalización es bastante deficiente en muchos pueblos. Y no olvidemos que ya redujeron de manera ostensible el periodo en el que se ofrece el servicio de salvamento en las playas más importantes de nuestro concejo.

En los últimos años el incremento de la oferta turística en Llanes fue espectacular, quizá excesivo, especialmente con la apertura de hoteles y casa de aldea. En el Partido Popular de Llanes siempre dijimos que el respeto a nuestro entorno natural debería ser la mayor preocupación de quienes nos gobiernan. Y también tienen el deber de ocuparse más en mejorar la seguridad ciudadana. No sirve de mucho tener unos buenos profesionales de policía local si están mal dirigidos y con pocos medios.

Ya se acerca el otoño a Llanes, que todo hace suponer que también será caliente, y seguramente que seguirá siendo caótico.