Cangas de Onís,

Ramón DÍAZ

Un nuevo ejemplar de lobo -y van dos- que portaba un transmisor para estudios científicos ha sido abatido a tiros en los Picos de Europa. Si el pasado 21 de agosto caía muerto el macho llamado «Marley» en el interior del parque nacional, el pasado día 7 fue una hembra de menos de un año la abatida por disparos en el parque regional, que gestiona en solitario la Junta de Castilla y León. La loba había sido capturada el 10 de octubre de 2012 en Valdeón y marcada con un aparato GPS-GSM. Era entonces una cachorra nacida ese mismo año. Con la muerte de estos dos ejemplares ya sólo queda uno más con radiomarcaje en los Picos de Europa, una hembra capturada en septiembre en la zona de Dobres.

Los deseos del ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, no se han cumplido. El Ministro había expresado tras la muerte de «Marley» su confianza en que no se repitieran episodios como aquel, por lo que solicitó a las autoridades del parque nacional «extremar la precaución». Pero ayer, dieciséis colectivos ecologistas y animalistas españoles desvelaban que se había cometido de nuevo el mismo error que en agosto. Y que el Parque, una vez más, lo había ocultado.

«Otro lobo que estaba siendo objeto de estudio científico ha sido abatido a disparos este mes de enero cuando, al momento de su muerte, portaba un collar de seguimiento GPS-GSM que le fue colocado por los investigadores contratados por el parque nacional el día 10 de octubre de 2012, en la vertiente leonesa» del espacio protegido, indicaron los conservacionistas. La hembra abatida formaba parte del estudio de seguimiento de cánidos en el parque nacional, al que también pertenecía «Marley». Los ecologistas criticaron con extrema dureza, sobre todo, «el vergonzoso hecho de haber «silenciado deliberadamente a la opinión pública» la muerte de los dos lobos. Acusaban directamente al consorcio del Parque, que integran las comunidades de Cantabria, Asturias y Castilla y León, «conocedor de los hechos».

Los ecologistas destacaron que en su día fueron necesarias cuarenta y una jornadas nocturnas para proceder al radiomarcaje de la hembra juvenil muerta a tiros.

Aludiendo informes oficiales, los ecologistas subrayaron que, en 2011, el Parque abonó 149.914,84 euros a la empresa pública Tragsa para que realizara el estudio «Seguimiento de manejo de fauna en el Parque Nacional de los Picos de Europa 2010-2012». A su vez, se abonó a la mercantil A.RE.NA, S. L. 125.000 euros (que se suman a los 114.464,72 euros abonados en 2010) por la realización de la asistencia técnica denominada «Seguimiento de las Poblaciones de cánidos en el parque nacional de los Picos de Europa», cantidades a las que se han de sumar, además, los 55.189,90 euros del estudio específico denominado «Asistencia Técnica para la captura en condiciones de seguridad controlada, el radiomarcaje y el seguimiento satelital de lobos» abonada en 2010, y los 59.062,50 euros abonados en mismo concepto en 2011. En total, más de medio millón de euros.

La conclusión de los ecologistas es clara: «que la Administración pública haya matado a disparos a dos ejemplares de lobo ibérico que estaban siendo objeto de estudio científico y que han supuesto una inversión económica de elevada cuantía, además de la remuneración al personal de las jornadas nocturnas para la captura en vivo, no solo demuestra la ineptitud de la gestión, sino el desprecio del esfuerzo económico que ha supuesto a los ciudadanos el estudio científico y la inutilidad del mismo». Añadieron que este episodio demuestra que los controles del lobos se realizan «disparando a cualquier ejemplar que aparezca ante el visor de un rifle, sin tener en cuenta el rol que ejerce en la estructura del grupo familiar».