El veneno está lejos de ser erradicado de la comarca oriental de Asturias, como demuestra la muerte previsiblemente por esta causa, el pasado sábado, de un alimoche en las inmediaciones de la cueva de La Peruyal, en el concejo de Onís. Un informe elaborado hace seis meses por el parque nacional de los Picos de Europa revela que entre 1996 y 2010 murieron envenenados en el interior del espacio protegido veintidós animales. El estudio añade que en el entorno del parque nacional, de 1995 a 2005, se registró la muerte por envenenamiento de 240 ejemplares de diferentes especies.

El trabajo, elaborado por el biólogo del parque nacional Borja Palacios el pasado mes de octubre, supone una actualización y una ampliación de los datos recogidos en un informe anterior, basado en el detallado seguimiento realizado entre 1995 y 2007 por un veterinario contratado por el parque nacional, cuyos principales resultados desveló en exclusiva LA NUEVA ESPAÑA el 25 de septiembre de 2009. Entonces se reconoció la muerte de dieciocho animales envenenados en el interior del parque nacional durante el período de tiempo cubierto por el estudio.

El informe actualizado revela que entre 1996 y 2010 se constataron veinticuatro episodios de envenenamiento, a causa de los cuales cayeron fulminados, al menos, siete buitres, ocho perros, dos alimoches, un zorro y un lobo, así como tres ejemplares de otras especies. Dentro del parque se descubrieron, además, tres cebos envenenados que no llegaron a causar víctimas.

En el entorno del parque nacional, mientras tanto, se constataron 105 episodios de envenenamiento, entre 1995 y 2005, que provocaron la muerte de al menos 113 buitres, 52 perros, 13 alimoches, 12 zorros, 8 lobos, 6 milanos y 38 animales de otras especies. Se localizaron, además, veintidós cebos envenenados antes de que provocaran bajas.

El trabajo del biólogo del parque señala que el veneno está habitualmente ligado a tres actividades: caza, ganadería y agricultura. Entre los tipos de veneno utilizados dentro del parque nacional destacan la estricnina (pesticida) y el aldicarb (insecticida). En el entorno del parque nacional se utiliza más el carbofurano (plaguicida), por delante del aldicarb y la estricnina.

El informe inicial del parque revelaba que el treinta por ciento de los animales cuyos cadáveres fueron analizados había muerto como consecuencia de atropellos. En el veintitrés por ciento de los casos no fue posible determinar la causa de la muerte debido al avanzado estado de descomposición de los cadáveres o porque habían sido parcialmente aprovechados por necrófagos. Las enfermedades de origen parasitario e infeccioso estaban detrás de la muerte del doce por ciento de los animales analizados. Otras causas de muerte son: despeñamiento, ataques de predadores, estrés relacionado con las capturas y por peleas entre ejemplares de la misma especie.