Lagos de Covadonga (Cangas de Onís), Alba SÁNCHEZ R.

La previsión de nevadas a cotas bajas para los próximos días ha retrasado la subida del ganado mayor al puerto de la montaña de Covadonga. De nada sirvió que este año el pasto esté en óptimas condiciones o, como dicen los entendidos, que «la comida suba con la rama», pues aún con todo ello tendrán que esperar a que pase la ola de frío para acercar su ganado a los pastos que ocuparán hasta el próximo otoño. Así las cosas los pastizales de verano siguen casi vacíos pese a que ayer, como manda la tradición, quedaron abiertos al ganado mayor. Fue el que se conoce como el «día del coto».

De los 199 ganaderos del municipio de Cangas de Onís que poseen licencia este año para utilizar los pastizales cangueses del parque nacional de los Picos de Europa, tan sólo cuatro se atrevieron ayer a subir ganado. El resto esperará a que mejore el tiempo. Todos confían en que podrán llevar a sus reses hasta su «residencia» veraniega en los primeros días de mayo.

El ganadero José Antonio García, de Mestas de Con, por ejemplo, pensaba subir ayer doscientas reses que ahora tendrán que esperar hasta primeros de mayo. El día de apertura de pastos de la montaña de Covadonga al ganado mayor -el ganado menor subirá a partir del 1 de junio- se quedó de esta forma sin su peculiar trasiego a pie de ganado mayor, controlado con grandes esfuerzos por los ganaderos para ascender hasta los mil metros largos de altitud del puerto, por caminos ancestrales.

Todos los ganaderos de la zona coinciden que el ganado está expectante ya desde hace unos días. Los animales, de alguna manera, ya saben que llega la hora de subir al puerto, según los pastores. Por eso , como cada año por estas fechas, están nerviosos e inquietos. No paran y en cuanto ven a su dueño en la cuadra fijan sus miradas en él, como aguardando que haya llegado el momento de partir hacia el puerto. Y cuando llega el día, los animales avanzan a toda velocidad, como queriendo llegar a su destino cuanto antes. De hecho, muchos ganaderos aseguran que cuando avanzan hacia la montaña de Covadonga tienen que «frenar» a las vacas más veteranas, para que no vayan tan rápido, pues los ejemplares más jóvenes apenas si pueden seguirlas.

Pero sólo medio centenar subió ayer, a las vegas de Enol, Teón y las majadas de Fana y Comeya. En las próximas semanas serán casi 5.000 los ejemplares de vacuno que subirán al puerto, donde permanecerán hasta el próximo otoño. Uno de los ganaderos que subió ayer a su ganado fue Vicente Suero Fernández, quien puso de nuevo encima de la mesa el problema de los pastos acotados, ya que según comentó «las vacas no distinguen y es muy difícil controlarlas». El otro «gran problema», según los ganaderos son los lobos y sus frecuentes ataques.