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BENEDICTO ROJO TRAVIESA | Ganadero profesional, portavoz de los propietarios de ganado de Onís

"El lobo es incompatible con la ganadería, no existe más solución que erradicarlo"

"Más del 70 por ciento de los daños no se denuncian, la Administración tarda en pagarlos y muchos ganaderos ya recurren a seguros particulares"

Benedicto Rojo, en Benia de Onís. Ramón Díaz

Benedicto Rojo Traviesa tiene 49 años, es ganadero profesional (a título principal) y reside en Bobia Baju, en Onís. Su ganadería suma unas 150 vacas, alrededor de 90 ovejas y una veintena de yeguas. Tiene reses tanto dentro como fuera del parque nacional de los Picos de Europa. Desde hace unos meses, Rojo actúa como portavoz de los ganaderos del concejo de Onís, unos cincuenta en la actualidad.

-¿Es el lobo el principal problema en los Picos de Europa?

-Sin duda. El lobo está haciendo estragos desde que, hace unos veinte años, acampó en la zona asturiana de los Picos. Los daños son cada vez mayores.

-Las cifras oficiales no señalan exactamente eso.

-La mayor parte de los daños, yo diría que más de un setenta por ciento, no se denuncian a la Administración.

-¿Por qué?

-Hay muchos casos, sobre todo en el parque nacional, en los que se señalan que los daños podrían ser del lobo, pero no son indemnizables. Y los que aprueban tardan años en pagarlos. Además, muchos ganaderos ya tienen seguros particulares, incompatibles con el cobro de indemnizaciones públicas. Todos esos daños, no se contabilizan. Pero están ahí. Mientras tanto, los jueces no mueven ficha y no se pueden realizar controles. Así que las nuevas camadas de lobos van extendiéndose a otras zonas, como Ibéu, el Cuera y todo el preparque. En el entorno de la AS-114, de Cangas a Panes, hay una zona ganadera que está sufriendo continuamente daños de lobos. Y no se puede hacer nada. La cosa está muy tensa. Se hacen necesarias medidas urgentes para erradicar al lobo.

-¿También debe erradicarse del parque nacional?

-De la zona asturiana, sí. Debe volver a la zona sur, donde estuvo hasta hace veinte años.

-¿No protestarán en León?

-Allí siempre los hubo. El lobo es incompatible con la ganadería, no existe más solución que erradicarlo de las zonas ganaderas.

-¿No servirían los mastines y los cercados?

-La orografía de los Picos hace imposible que todos los ejemplares de un rebaño puedan ser controlados por un mastín. Además, habría serios problemas entre los pastores, porque los mastines defienden a su rebaño, pero atacan a los demás, si se ponen en su línea de pastoreo. Tampoco es viable que los ganaderos tengan que subir todos los días a meter al ganado en un cercado. Habría animales que no podrían ser localizados, por lo que seguiría habiendo bajas. Es inviable.

-Los ecologistas defienden que el problema no es el lobo sino un manejo inadecuado del ganado, distinto al de hace treinta años.

-Los ganaderos somos los primeros ecologistas de la historia. Quienes defienden que el manejo actual es inadecuado lo hacen desde cómodos despachos, sin conocer la realidad. Es verdad que el manejo no es el mismo que hace treinta años, pero es que ahora aquel ya no sería posible. La gente antes "mayadeaba", subía al puertu toda la familia, padres e hijos, hasta con las gallinas y los cerdos. Niños de seis años pastoreaban durante horas, mientras el padre bajaba a segar. Eso hoy es impensable. Hoy los niños tienen que ir a la escuela. Pedir al ganadero que trabaje como hace treinta años es tan injusto, por ejemplo, como pedirle a un ecologista que trabaje sin ordenador. Además, cuando esos ecologistas de salón, que también viven del dinero público que reciben por informes y estudios que luego no sirven para nada y acaban metidos en un cajón, hablan de manejo tradicional desconocen que sí hay quien aún lo practica igual que hace cincuenta años. Una ganadera de la zona, por ejemplo, cierra todos los días a sus ovejas y a sus cabras, pero le resulta difícil localizarlas a todas y siempre queda alguna fuera. Así que tiene tantos daños como los demás.

-¿No sería posible que los propietarios del ganado contrataran pastores, como se hace en otros puntos de España?

-Eso es posible en Castilla. Aquí resulta imposible controlar rebaños de mil ovejas. La orografía condiciona mucho.

-¿Entonces cree que la única solución es eliminar al lobo?

-No hay otra.

-¿Por qué fracasan las batidas realizadas fuera del parque?

-El terreno favorece al lobo. Para que haya resultados positivos hace falta una buena organización y un seguimiento severo. Y mejor con cazadores que con guardas.

-¿También con cazadores dentro del parque nacional?

-No. Allí son los funcionarios los que deben de mantener a raya la población, que pare eso cobran.

-¿Sería mejor que el lobo fuera especie cinegética?

-No, porque entonces lo mismo a los cotos les interesaría que hubiera muchos lobos.

-¿Funciona el veneno en los Picos y su entorno?

-No. Pongo la mano en el fuego por todos los ganaderos de Onís.

-Hubo hace unos meses un caso en La Peruyal, donde apareció envenenado un alimoche.

-Entonces aparecieron también varios perros envenenados en Benia. Creo que aquel episodio no tuvo nada que ver con los lobos.

-¿Existe riesgo de que reaparezca el veneno en los Picos?

-Creo que no, los que más perderíamos seríamos los ganaderos. Cuando hay veneno también mueren nuestros animales.

-¿Es de los que cree que se sueltan lobos en el Oriente?

-Ni lo creo ni lo dejo de creer. Hace veinticinco años lo mismo se soltaron, hoy ya no hace falta. Con los que hay ya es suficiente para que se extiendan solos.

-¿Debería derogarse el parque nacional de los Picos?

-Nací dentro del parque y dentro cumplí siete años. Hay sólo sirve para mantener a 51 funcionarios. Los presupuestos del parque se van en sueldos. Desde los años ochenta todo ha ido para atrás. Sólo han aumentado las prohibiciones. Y, encima, no se dejan aconsejar.

-Entonces, ¿parque sí o no?

-No. Lo tengo clarísimo.

-¿Funcionaba mejor el parque cuando lo gestionaba el Estado?

-Sí. En los años ochenta entre el Sella y el Cares, en el Cornión, había cincuenta mil animales de reciella (ganado menor). Ahora no hay mil en el parque. Hace treinta años, desde Cabeza Pandecura se veían al amanecer más de cinco mil ovejas y cabras. Eso se acabó. Desapareció. Se desequilibró todo: desapareció la reciella, lo que unido a la prohibición de las quemas controladas hizo que proliferara el matorral, lo que a su vez generó un aumento de los incendios... Ahora mismo hay en el parque nacional una masa de combustible que el día que queme será terrible.

-El parque desbrozará este año ochenta y dos hectáreas...

-Eso es pan para hoy y hambre para mañana. Las quemas controladas son absolutamente necesarias. Yo jamás quemé ni una pendiente ni un árbol. En mi casa, como en todas, nos enseñaban de niños cómo quemar, lo que se podía quemar y lo que no. Y si quemabas algún lugar indebido, por donde pudiera caer una vaca, por ejemplo, la paliza estaba asegurada. Los ganaderos no queman por quemar, ahí está para demostrarlo el monte Casaño, que nunca en la vida se quemó.

-También protestan por los acotamientos tras los incendios.

-La ley está pensada para zonas como Extremadura o Andalucía. Aquí la tierra regenera muchísimo más rápido. En nueve o diez meses una zona quemada ya está recuperada. Pero se sigue acotando dos años. Hay que modificar la ley en Asturias. La actual situación puede generar que algún ganadero malintencionado queme la zona en la que pasta el ganado de otro. Hace falta que las juntas ganaderas, los ayuntamientos, los vecinos y la administración debatan para ver qué se hace con el monte, con el arbolado, con el matorral y con el pastizal. Y debe hacerse municipio a municipio, porque las circunstancias de cada uno son muy distintas.

-¿Por qué una manifestación en Oviedo?

-Para defender a la Asturias ganadera y exigir una regulación de la fauna y la flora. Y, sobre todo, para protestar por los daños del lobo.

-Los ecologistas afirman que los subsidios ganaderos atraen a los cazaprimas y el intrusismo...

-Ni hay cazaprimas, ni hay intrusismo. Las inspecciones de la Administración así lo demuestran.

-¿Quiere decir que no hay quien tiene ganado sólo para cobrar los subsidios?

-Nadie que yo conozca.

-¿Le parece justo que cobren iguales subsidios los ganaderos a título principal que los demás?

-Desde que se aprobó la PAC, en 1990 todas las modificaciones normativas han ido en contra de los ganaderos profesionales. El ochenta por ciento de las ayudas las cobran diez o doce personas. La PAC está pensada para los grandes propietarios de Extremadura y Andalucía, para los ricos. La Cornisa Cantábrica es la gran damnificada. Los ganaderos no hablamos de euros, no pedimos dinero, queremos vivir de lo que producimos. Si además la sociedad ha decidido que tenemos derecho a unas ayudas por pérdida de renta, bien está. Los que deberían de justificar en qué gastan el dinero público son esos ecologistas o becarios que se dedican a elaborar informes y estudios sobre el lobo. Porque siempre se dice que los ganaderos reciben dinero público, pero muchos ecologistas, también.

-Parece una guerra

-Lo es. Si no se toman medidas se enquistará y no habrá solución.

-Parece que las dos partes se creen en posesión de la razón.

-Hacen falta charlas, jornadas, reuniones, confrontar ideas, hablar. La Administración debería propiciar esos encuentros, pero allí sólo quieren votos y aferrarse al sillón con un buen sueldo.

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