Luces (Colunga),

P. MARTÍNEZ

Más de cincuenta especies de setas y un aprendizaje muy nutritivo es lo que lograron los veintiséis alumnos del ciclo "Organización y gestión de recursos naturales y paisajísticos", que se imparte en el Instituto de Luces, en Colunga.

Bajo la tutela de la profesora Sonia Martínez, los estudiantes realizaron una salida por el Sueve, desde el mirador de El Fitu y bajando por el hayedo de La Biescona, durante la que recogieron decenas de setas. Luego cada uno aportó más ejemplares y entre todos montaron una completísima exposición que este año estructuraron en función de "cómo se nutren los hongos y cómo podemos nutrirnos nosotros de las setas", explica Martínez.

Sobre la forma en que los hongos toman el alimento, los alumnos las dividieron en tres grupos. "Los hongos micorrícicos, que lo hacen mediante simbiosis con diferentes especies forestales en una relación que beneficia a los dos", apunta la docente. Los sabrosos boletus son un ejemplo de hongo micorrícico y se pueden encontrar en árboles como los pinos, los robles o los castaños, alimentándose mediante la unión de su micelio con la raíz del árbol. Los saprófitos "se alimentan de mateira orgánica", describe Martínez, quien pone como ejemplo los "pleurotus", más conocida como "seta de la ostra", la más frecuente en los supermercados. En tercer lugar están los parásitos, que crecen en los árboles pero perjudicándoles y son "algunas plagas forestales, como la armillaria".

Los humanos tenemos una sola forma de nutrirnos de las setas, ingiriéndolas, pero hemos de tener cuidado de diferenciar entre las comestibles (rebozuelos, macrolepiota, boletus, níscalo, etcétera) y las venenosas (amanita faloide, amanita muscaria, paxilo enrollado, etcétera). La logradísima muestra ha estado hasta hoy en una de las entradas del centro educativo.