Un ciervo y tres cabras son las figuras halladas en una cueva de Onís, la de Pruneda. Son pinturas del período Paleolítico, que han sido analizadas y estudiadas por el equipo de investigación del Centro de la Fauna Glacial de Avín. También se han localizado en la misma gruta varios grabados prehistóricos. Y restan por analizar posibles pinturas prehistóricas en otra cueva cercana, la de Soterraña. El hallazgo será presentado oficialmente hoy en el Museo Arqueológico de Asturias, en Oviedo.

El Cuevón de Pruneda, como también se le denomina en la zona, era conocido por los lugareños desde tiempos inmemoriales. De hecho, una zona de la cavidad se utilizó para guardar ganado desde antiguo, y en el interior se maduraron quesos durante siglos. También era conocida la existencia de unos extraños signos rojos en una de las paredes. Los vecinos siempre sospecharon que se trataba de pinturas rupestres, pero tampoco se le dio al asunto mayor importancia.

Algo debió sospechar la Consejería de Cultura cuando el 5 de julio de 2011 incluía estas dos cuevas, junto con otros 14 bienes arqueológicos de Onís, en el inventario del Patrimonio Cultural de Asturias. Pero no se investigaron las grutas. Hasta que un grupo de espeleólogos del Club Escar, entre los que se encontraba el presidente de la Federación Asturiana de Espeleología, Pablo Solares, se percataron de la presencia de pinturas. El siguiente paso fue dar el aviso a las autoridades.

El equipo de investigación del Centro de la Fauna Glacial de Avín decidió entonces pedir permiso para revisar el catálogo arqueológico de Onís. Y entre los trabajos realizados se incluyó el estudio de las cuevas de Pruneda y Soterraña. El equipo está integrado por tres arqueólogos, Alberto Martínez, María José Bernárdez y Juan Carlos Guisado, junto a Pablo Solares y dos onienses, Adrián Álvarez Vena y Ramón Álvarez Valle.

Fue en el pasado otoño cuando el equipo investigador inició sus trabajos en Pruneda, una cueva situada en el coto de Benia, no muy lejos de otra gruta de enorme interés, la de La Peruyal, que alberga en su interior un esqueleto completo de un rinoceronte prehistórico y destacadísimas formaciones geológicas. Después de intensos análisis y de la toma de múltiples muestras y fotografías, los investigadores concluyeron que en Pruneda existen, al menos, tres paneles, uno con un ciervo, otro con dos cabras y un tercero con varios grabados. Todas las pinturas son de color rojo.

Pero la cueva de Pruneda guardaba aún más sorpresas. Por ejemplo, múltiples restos óseos de diferentes animales, así como algunos fósiles y vestigios de diferentes épocas históricas y prehistóricas. Y, además, una zona con gran cantidad de óxido de hierro, uno de los materiales utilizados por los artistas prehistóricos.

El Cuevón de Pruneda alberga en su interior una sima, tiene al fondo de la sala principal de entrada a la cueva un pequeño agujero que da a una sima de unos 80 metros, por diferentes resaltes. Concluida la bajada, se llega a un pasillo horizontal y a una galería fósil, que acaba en una impresionante sala con diferentes formaciones geológicas. En el interior se oye correr el agua, que viene del monte y que sale a L'Ermitañu, una pequeña cascada situada en las inmediaciones de la capilla de Castru, decenas de metros más abajo, en la zona más alta de Benia. El Cuevón de Pruneda es un punto muy visitado por espeleólogos e incluso fue utilizado en su día para dar clases a quienes comenzaban en esta actividad, según indicó un practicante local de esta especialidad.

En cuanto a la cueva de Soterraña, situada muy cerca de la conocida cavidad de Sopeña en la que se han hallado importantes restos arqueológicos en las campañas dirigidas desde hace años por Ana Pinto, el hallazgo se debe al empresario local Ramón Álvarez. En el interior de esta cueva halló el equipo de investigación del Centro de la Fauna Glacial varias zonas con pintura rojiza, pero sin que se haya determinado aún ninguna figura. Además se ha encontrado un panel con grabados. Sopeña y Soterraña están ubicadas en un monte situado sobre la localidad de Avín.

Tanto Ramón Álvarez como su sobrino Adrián se mostraban ayer "muy satisfechos" con el hallazgo y anunciaban su firme intención de investigar nuevas grutas del concejo para completar la revisión de la carta arqueológica local.