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Borizu, la joya deseada del Cantábrico

El propietario de la península de Celoriu, el empresario ovetense Alberto Delgado, dispuesto a vender "más barato" a quien se comprometa a dejar la finca abierta al público

Vista aérea de la península de Borizu, en Llanes. ramón díaz

La joya del Cantábrico está en Celoriu. La península de Borizu, objeto de deseo de millonarios, refugio secreto de sus sucesivos dueños, escenario de novelas y plató cinematográfico, es un paraje de leyenda, situado en el corazón del concejo de Llanes. En su interior guarda playas con las arenas más blancas y finas, praderías extraordinarias, grandiosos acantilados, vistas imponentes hacia los cuatro puntos cardinales, e incluso el perfil de la "cara" de Cristo.

Borizu es, sin duda, uno de los rincones más hermosos del norte de España. Y de los más desconocidos. Suma 90.000 metros cuadrados, delimitados por las playas de Borizu y Troenzo, y con otro arenal más en su interior, el de La Tayada. El Ministerio de Medio Ambiente quiso adquirir la península hace ocho años. La operación estuvo a punto de fructificar, pero el estallido de la crisis económica desbarató el acuerdo. Un grupo de empresarios mexicanos de origen asturiano, encabezados por el billonario Manuel Arango, pretende ahora adquirir en Asturias una "península bellísima", presumiblemente la celoriana, pues no hay otra en venta en la región, con la idea de ceder después la propiedad al Estado para que la convierta en un parque natural.

La península, en venta desde hace unos años, es propiedad del empresario ovetense Alberto Delgado y cuenta con tres edificaciones: la vivienda principal, de 245 metros cuadrados; la casa de invitados, de 65 metros cuadrados, y una cabaña, de 105 metros cuadrados. Todo ello está en ruinas, pero se puede rehabilitar de manera inmediata, ya que el dueño tiene al día y en regla todos los permisos y escrituras, incluidas las de primera edificación. Al estar la finca sujeta a la Ley de Costas, está permitida la construcción de todo tipo de instalaciones deportivas, como canchas de tenis o de pádel y piscinas.

Alberto Delgado adquirió la península de Borizu en marzo de 2003 al banquero asturiano Pedro Masaveu Patterson. Pretendía entonces habilitar en esa finca su residencia celoriana, pero pronto halló otra propiedad cercana que le permitió levantar un edificio de mayores dimensiones. Así que, tras fracasar las negociaciones con Medio Ambiente, puso en venta Borizu.

Delgado evitó ayer confirmar o desmentir si Borizu es la península que pretende adquirir Manuel Arango, pero si subrayó, como ya hizo al poner en venta la finca, que su prioridad es que quede abierta al público. Por eso, aunque tiene varias ofertas, tanto de particulares como fundacionales, está dispuesto a vender "más barato" a quien proponga para la península el proyecto que más favorezca a Celoriu y a los ciudadanos.

La finca de Borizu, utilizada en múltiples ocasiones como escenario de grabación de películas, fue adquirida por Delgado, entre otras razones, porque fue propiedad a mediados del siglo pasado de un familiar suyo, el farmacéutico Tomás Vázquez Azpiri. En Borizu se registró una de las más sonadas correrías del célebre maquis y bandolero Bernabé Ruenes Santoveña, "Nabé" pues allí secuestro al hijo del boticario. Treinta mil duros, una fortuna entonces, pagó el farmacéutico por ver de nuevo vivo a su vástago. Un celoriano llevó el dinero, en bicicleta, hasta la zona de El Mazucu, en la sierra del Cuera. El chaval fue liberado y, con el tiempo, se convirtió en novelista. Gómez Fouz relató aquella correría en su libro "Bernabé, historia de un mito".

Tomás Vázquez Azpiri había ido comprando diferentes fincas en Borizu. Allí construyó una casa, que, sin luz eléctrica, se alumbraba gracias a una hélice que generaba corriente. El boticario vendió la península al empresario catalán Luis Prat, quien anexionó el resto de las fincas de la península. A mediados de los años ochenta del siglo pasado, Prat la vendió a Masaveu.

La "cara" de Jesús, descubierta por "doña Manolita", imagen del concejo

La "cara" de Jesucristo es una de las imágenes más típicas de Llanes. Puede verse en Borizu, pero sólo a una hora, en un momento de la marea y desde un lugar concreto. La "descubridora" de la "cara" fue, en 1954, Manolita Fernández Rodríguez, "doña Manolita", esposa del entonces propietario, Tomás Vázquez Azpiri. Ella se la mostró al fotógrafo llanisco José Antonio García, dueño de Foto Pepe. "¿Ves? Desde aquí siempre me parece ver la cara de Cristo", le dijo la mujer a Pepe. Y donde ella veía un rostro, el fotógrafo vio una postal extraordinaria. La consiguió, pero tuvo que tomar cientos de instantáneas hasta dar con la imagen "perfecta".

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