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Sin cafés y sin usar la lavadora

Los vecinos y empresarios se quejan de daños en los electrodomésticos Hospital instala un depósito para tener agua en caso de que haya más cortes

Operarios instalando el depósito provisional del Hospital. LUCAS BLANCO

Más sufrimiento para las máquinas que para los humanos. Los fallos en el abastecimiento de aguas sufridos por la villa de Arriondas durante los últimos días no supusieron un gran quebradero de cabeza para la mayoría de los vecinos, si bien si dejaron tras de sí una serie de daños en los electrodomésticos. El Hospital de Arriondas admitió problemas durante los días de los cortes, pero aseguró que sus servicios no han corrido peligro gracias a la instalación de un depósito provisional que proporcionará suministro adicional en caso de que vuelvan a repetirse los problemas.

"Las incidencias se centraron en el funcionamiento de algunas máquinas que se vieron afectadas durante dos o tres horas, pero gracias a la colaboración con el ayuntamiento estamos listos para solventar cualquier problema que pueda surgir", comentó ayer el gerente del equipamiento sanitario, Chema Nieto.

Una de las empresas afectadas fue la de aventura Wadi, que si bien no padeció en exceso la escasez de agua para sus servicios de duchas y aseos se encontró con un daño colateral con el que no contaba. "La falta de presión del agua provocó un sobrecalentamiento en nuestra máquina de hielo que quemó el motor", declaró Mario Raigoso, mientras mostró el electrodoméstico fuera de servicio. "Al estar en una planta baja no tuvimos tantos problemas de presión, pero esta broma nos supondrá unos cuantos euros", añadió.

Algo similar ocurrió en varios locales hosteleros en los que, si bien las averías no fueron tan habituales, si vieron mermadas sus ventas ante la imposibilidad de ofrecer cafés a sus clientes durante varias horas de las jornadas del martes y del miércoles. "Como la cafetera no funcionaba ofrecimos a los clientes descafeinados", relató José Ramón Blanco "Amado". También los vecinos mostraron su malestar por los efectos de las avería. Ejemplo de ello es Ángeles Álvarez, que aseguró tener que haber vuelto al antiguo sistema de cargar calderos para poder asearse.

"Por suerte somos un matrimonio mayor y al no precisar servicios urgentes nos arreglamos", comentó la mujer, que durante un par de días no pudo utilizar la lavadora y otros electrodomésticos y criticó que nadie del ayuntamiento les comunicase los problemas existentes. "Nadie nos avisó y en principio pensamos que era un problema exclusivo de nuestro bloque", sostuvo la vecina.

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