Los vecinos de Arriondas seguirán padeciendo a corto plazo los malos olores que se desprenden de la antigua depuradora situada junto a la piragüera, utilizada actualmente como planta de pretratamiento de residuos por la quesería Lafuente.

Varios representantes de la empresa quesera se reunieron ayer con el alcalde, el socialista Marcos Gutiérrez, después de que este les instara por escrito el 10 de septiembre a que "revisaran los procedimientos para ajustar los vertidos a los parámetros autorizados". De la reunión salió el compromiso por parte de la empresa de crear una nueva planta de pretratamiento fisicoquímico al entender que los malos olores, que se producen al separar la grasa del resto de residuos, no se pueden solucionar, según explicó el alcalde. "La empresa estudia la posibilidad de construirla dentro de la propia quesería o comprar un terreno particular para construirla, pero al estar el río cerca, además de autorización del Ayuntamiento, requiere permiso de la Confederación Hidrográfica. En cualquier caso el proceso podría ser lento", explicó Gutiérrez.

Mientras dura este proceso, para evitar los malos olores "la solución que da la empresa pasa por verter directamente a la depuradora de Ricao, sin pasar por la fase de pretratamiento", señaló el regidor. "Para ver si la solución es factible, el Ayuntamiento tendrá próximamente una reunión en la que además de representantes municipales y de la quesería estarán presentes miembros de la Consejería y de la depuradora de Ricao", puntualizó.

Mientras tanto, más de una veintena de vecinos aprovecharon ayer la visita del senador de IU por Asturias, Jesús Iglesias, para dar visibilidad a "una situación insostenible" y exigir "que se tomen cartas urgentemente en un asunto que les afecta desde hace meses sin que nadie ponga remedio".