Los vecinos de Arriondas podrán en breve respirar tranquilos. Desde el mediodía de ayer un par de operarios cántabros de Quesería Lafuente trabajan en la instalación de una carpa de "desodorización" para paliar los malos olores que se desprenden desde antes del verano de la antigua depuradora, situada a escasos metros del barrio de La Nozaleda.

Con la ayuda de un manipulador, los operarios comenzaron a instalar los pórticos y pilares, de unos 400 kilogramos de peso, en las inmediaciones de la depuradora. Cuando la estructura esté montada por completo, previsiblemente el miércoles, procederán a acoplar la carpa encima de los muros del foso de la misma. A continuación, trabajarán en la fachada y en la cubierta cubriéndola con paneles como si de un sandwich se tratara y poniendo en el medio espuma de poliuretano.

La antigua depuradora es propiedad del Ayuntamiento pero está cedida hasta 2019 en precario a la empresa quesera, que la utiliza como planta de pretratamiento antes de verter los residuos en la de Ricao. Para paliar a corto plazo el problema de los malos olores la empresa solicitó verter directamente a la depuradora de Ricao, sin pasar por la antigua balsa para el pretratamiento pero la opción fue descartada tras una reunión con representantes del Ayuntamiento, de la Consejería de Medio Ambiente y miembros del Consorcio para el Abastecimiento de Agua y Saneamiento en el Principado de Asturias. Fue entonces cuando se acordó cubrir la balsa con la carpa desmontable metálica de desodorización. A largo plazo, la quesería construirá una nueva planta de pretratamiento fisicoquímico.