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Santianes de Tornín irradia tranquilidad

Los vecinos defienden que no hay agua más fresca y rica que la que viene de El Güeyu la Fuente y piden mejoras en la recogida de basuras y la cobertura telefónica

Por la izquierda, Laura Núñez, Irene Núñez, María José de Con y Estefanía Núñez, en la capilla de San Mateo. C. CORTE

En los 12 años que Marina Pérez residió en Venezuela no hubo un sólo día en que no echara de menos "cada piedra de cada camino" de Santianes de Tornín, pueblo perteneciente a la parroquia de Santa María de Huera de Dego y situado a 12 kilómetros de Arriondas. A su mente acudían imágenes de sus caminatas hasta Collau l'Andrín para ir a la escuela o la pasarela de Santianes, desde donde se ve cómo el río Dobra desemboca en el Sella, lugar hoy utilizado para hacer descenso de aguas bravas desde Santillán. Cuando Pérez regresó en 1982 todavía no era posible el acceso rodado al pueblo. Para llegar a su casa tenía que cruzar "La Ponte", conjunto de vigas de madera "que por efecto de las riadas se quedó en una sola de escasos centímetros por la que había que hacer malabarismo para cruzar".

"Mucho cambiaron las cosas desde entonces", reflexiona su hija María José de Con. "Antes, La Riega del Pipón pasaba por la mitad del pueblo, dividiéndolo en dos partes: el barrio de arriba y el de abajo pero esta distinción no existe porque cuando se asfaltó el pueblo se canalizó la traída, que viene de El Güeyu la Fuente, explica. "Tres veces al día el caudal del agua aumenta y los vecinos dicen que debe ser cosa de las mareas o del cuélebre", bromea De Con, que asegura que no hay agua más fresca y rica que la que baja de este depósito de agua. Residente en Cangas, cada fin de semana acude con sus tres hijas: Estefanía, Laura e Irene, de 3, 10 y 21 años, a ver a su madre "porque en ningún lugar se respira más tranquilidad". Los jóvenes echan en falta la celebración de la fiesta de San Mateo. "Desde hace dos años sólo hay misa. Antes había subasta del ramu e incluso una carrera a El Porru. El primero que llegaba a la cima tenía el honor de tirar voladores", relatan. Para llegar a la capilla de piedra que acoge al santo hay que tomar el sendero que asciende hacia Rescureda. La imagen del santo data del siglo XVI y es una de las más antiguas del Oriente. En 1996 fue restaurada por Manuel Fernández Mullido y muestra a San Mateo como cobrador de impuestos con una pluma en su mano derecha y un libro en la izquierda, vestido de azul.

Aunque nunca fue un pueblo densamente poblado, "folixa siempre hubo", cuenta Francisco Palacio, que recuerda las verbenas en El Sulorrón junto a un hórreo del que sacaban los carros para cobijarse si llovía. Con nueve casas abiertas y 21 vecinos censados, Santianes de Tornín es uno de los pocos pueblos de la zona que ha aumentado su población. Entre los retornados está Enrique Bulnes, que regresó hace 4 años tras jubilarse y vive en El Pipón, junto a un viejo molino. "Cuando me fui los vecinos vivían de la pesca del salmón o de la ganadería pero eso se acabó", explica este residente, que se alegra de que desde hace un mes funcionen las farolas que iluminan desde Tornín hasta la entrada del pueblo pero demanda mejoras en la recogida de basuras y en la cobertura telefónica.

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