Que Sotu Deu no es un pueblo normal queda claro en cuanto se recorren los 600 metros que lo separan del "puente romano" de Cangas de Onís. Nada más entrar a la localidad, el visitante se encuentra con La Casa Negra, diseño de David Casino Rubio, que recibió el premio regional de arquitectura en 2010 y es todo un ejemplo de cómo las edificaciones contemporáneas pueden integrarse a la perfección en el medio rural. En ella residen desde hace dos años David Senabre y Antonio Navarro, este último profesor de arte contemporáneo en la Universidad Miguel Hernández de Elche, que decidieron que como su hogar "era una obra de arte en sí misma" tenía que estar abierta a todos. Casi siempre coincidiendo con el inicio de una nueva estación ofrecen una exposición de arte contemporáneo.
"El mayor éxito fue despertar la curiosidad de los vecinos y conseguir que vinieran a la de otoño", explican los propietarios, que en enero presentarán una exposición en honor al arquitecto Javier Blanco. A pocos metros de la Casa Negra vive el director de fotografía Raúl Artigot. No es el único intelectual de la localidad, que cuenta con 39 vecinos censados, de los cuales más de media docena son niños. Médicos, profesores y escritores pueblan algunas de las 20 viviendas de Sotu Deu, que pertenece a la parroquia de La Güera Deu, junto con Aballe, El Colláu l'Andrín, Deu, El Puente y Santianes de Tornín.
La inquietud artística y por innovar siempre estuvo presente en el pueblo. Y si no que se lo pregunten a Francisco Pandiella. Cuando este emprendedor instaló una explotación agrícola ecológica de fresas y arándanos en su finca de La Zoleyeda, se encontró al arar multitud de restos de vasijas y una gran piedra de torno. "Este fue un pueblo de tradición alfarera", afirma su madre, María Teresa García, que al instalar su casa en La Portilla se encontró con un horno alfarero. Artesanos de tapices, maniegas y hojalateros no faltaban en el pueblo, según cuentan los residentes. García, que destaca la belleza y tranquilidad del pueblo, no necesita ver el parte meteorológico. Un rápido vistazo al Picu Pierzu, ahora nevado, le basta para saber si se aproxima el orbayu.
No hay capilla pero sí una joya: un hórreo hexagonal. Una rareza. La construcción se encuentra junto a la casona de Pilar Villaverde, que en 1937 huyó a Rusia con los "niños de la guerra" junto al profesor Nicolás Diez Valbuena. A falta de chigre, el centro de reunión vecinal era hasta hace una década la casa de Josefa Villaverde, "la cieguina". Otro motivo de orgullo es la ruta que pasa por el valle, desde el "puente romano" hasta Aballe. un recorrido muy transitado de más de 2 kilómetros junto al Sella conocido popularmente como "La Ruta del Colesterol", porque, además de viandantes, acude el club de atletismo a entrenar.
Mucho ha cambiado el pueblo desde que se asfaltara en 1984, coincidiendo con la concentración parcelaria. El principal motor económico ahora son dos empresas de construcción y una casa rural. Ya no se ven vacas. Ni por Sotu, ni por Sedu ni por Merdera. Las últimas seis pertenecían a Adela Pérez, última ganadera del pueblo, pero las vendió hace cuatro años porque no eran rentables, aunque aún mantiene 19 ovejas y alguna gallina, además de su burrín "Morilla". "El pueblo trabajó por la traída del agua desde Aballe, tenemos buen saneamiento y alumbrado, no nos podemos quejar viendo cómo están los demás", explica su marido José Manuel Cardes, que durante años ejerció como alcalde pedáneo. Aunque nació en Següencu, no cambia Sotu Deu por nada porque "en cuatro minutos, caminando junto al río, te plantas en Cangas de Onís a hacer los recados o a dar una vuelta". Su proximidad con este concejo ha hecho que Sotu Deu se configure como un área residencial donde, a pesar de la crisis del ladrillo, hay dos viviendas en construcción.
