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Los operarios ultiman la obra para acabar con los hedores de la depuradora de Arriondas

El terreno se está acondicionando para implantar un sistema de desodorización

Tres operarios, trabajando ayer junto a la antigua depuradora. C. CORTE

Tres operarios contratados por queserías Lafuente trabajaron ayer junto a la antigua depuradora de Arriondas en tareas de acondicionamiento del terreno para la implantación de un sistema de desodorización. El objetivo de la obra es acabar con los malos olores que desprende la balsa desde comienzos de verano.

La empresa tiene cedida en precario la antigua depuradora hasta 2019 y utiliza la balsa como planta de pretratamiento de residuos antes de verter a la de Ricao. Desde que se registraron las primeras protestas vecinales en octubre a causa de los hedores, la compañía, que ayer rehusó hacer declaraciones por entender que se trata de unos "trabajos internos de la fábrica", mostró su voluntad de solucionar el problema a la mayor brevedad posible. Menos de un mes después, a finales de noviembre, varios operarios instalaron una carpa desmontable metálica, donde hacer un proceso de desodorización. La opción de verter directamente a Ricao, que inicialmente proponía la quesería quedó descartada tras una reunión con representantes de la Consejería de Medio Ambiente, miembros del Consorcio para el Abastecimiento de Agua y Saneamiento en el Principado de Asturias (Cadasa) y técnicos del Ayuntamiento.

Los vecinos celebraron por aquel entonces el fin de los malos olores que, aunque con menor intensidad, no dejaron de sucederse hasta la actualidad. Pero lo cierto es que la obra estaba incompleta, tal como señaló ayer el concejal de obras, Álvaro Palacios. "Los trabajos comenzados con la instalación de la carpa quedarán ahora terminados con el asentamiento de una máquina para la desodorización que según nos comentaron desde la empresa pondrá fin al problema", explicó. Por su parte, el alcalde, Marcos Gutiérrez Escandón, afirmó no tener conocimiento de las obras. "Es la primera noticia que tengo. Sabía que no estaba acabado pero no que lo habían vuelto a retomar", dijo.

La problemática comenzó a consecuencia de un fallo en el funcionamiento de un colector, que provocó que la quesería vertiera directamente a la depuradora de Ricao sin pasar por la fase de pretratamiento. Tras una carta de en la que Cadasa avisaba al consistorio parraqués de irregularidades en los vertidos del aliviadero, en junio el Ayuntamiento solucionó el atasco del colector, que sí es de su competencia. Los residuos comenzaron a pasar de nuevo por la antigua balsa y se originaron entonces los problemas de malos olores.

La instalación de esta planta de desodorización es una solución temporal. A largo plazo, la empresa estudia construir una nueva balsa de homogeneización en un emplazamiento más cercano a la fábrica, aún por determinar.

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