Los incómodos desvíos por Llames de Parres y Cuadroveña a causa del argayón de Parres podrían pasar pronto a la historia. Justo cuando se cumple un mes del desprendimiento que obligó a cortar la nacional 634 entre Sotu Dueñes y Arobes, responsables del Ministerio de Fomento afirman que una vez que los trabajos efectuados en la ladera garanticen su estabilidad procederán "a considerar la continuidad de la circulación mediante un paso alternativo de tráfico". Y este momento puede estar cada vez más cerca ya que desde el próximo lunes las labores de reparación de la ladera afectada -que consisten en la fijación con bulones de la malla antidesprendimientos para después crear un falso túnel de 70 metros- se ampliarán al horario nocturno.
Mientras tanto, usuarios como Vanesa Rojo denuncian que no se cumple la obligación de circular en sentido único por los desvíos, especialmente por el de Llames de Parres. "La gente no se aparta, las cunetas son hondas y así es difícil cruzarse", lamenta esta vecina de Infiesto, que para ir a trabajar a Arriondas emplea media hora más cada día.
En teoría, quienes se dirigen a Oviedo deben hacerlo por Cuadroveña a Prunales, recorrido de 7,1 kilómetros y quienes lo hacen hacia Arriondas deben desviarse por Llames de Parres, de 3,3 kilómetros. En ambos casos el tiempo mínimo del trayecto supera los 13 minutos, ya que la estrechez de la vía y el hecho de que se cuelen vehículos de más de 3.500 kilos ralentizan la circulación. Los vecinos de Llames de Parres dicen estar "hartos". "No podemos salir a pasear porque pasan como tiros junto a El Collau y el tráfico se multiplica en horas punta", reflexionan Generosa Longo y María Josefa Llerandi. "El autobús escolar de Carúa que coge a nueve críos en Llames de Parres tiene que bajar a Sotu Dueñes a por una neña. Lo hace en dirección contraria al tráfico, lo que supone un peligro, para después subir de nuevo por Llames de Parres hacia el colegio de Arriondas", lamenta Carmen Isasi.
