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Solidaridad sobre ruedas en Parres

Un veterinario de La Vega los Caseros y su hija participarán el día 29 en un rallye para llevar ayuda humanitaria a Marruecos

César Cifuentes y su hija en uno de sus coches de competición. C. C

Resumir en 45 minutos 8 días de competición y experiencias vividas en el Rallye Clásicos del Atlas Solidario de Marruecos es difícil pero César Cifuentes, veterinario de 61 años y su hija y copiloto Susana, estudiante de ingeniería mecánica de 23, lo han conseguido.

Esos vecinos de La Vega los Caseros, que participarán por segunda vez en el evento el próximo 29 de marzo, presentaron ayer un documental en la Casa de Cultura de Cangas de Onís con un objetivo: mostrar la precariedad en que sobreviven muchos pueblos y aldeas del Atlas marroquí y de las zonas desérticas . En el audiovisual, grabado durante la anterior edición con ayuda de una cámara Full HD casera, aparece desde su preparación para la competición, pasando por el briefing o alguno de los 7 tramos.

El campeón del V Rallye Solidario, el alicantino Castor Ortega, fue quien les metió a estos aficionados del motor el gusanillo de participar en una competición que aúna deporte, turismo y cultura, pero cuyo objetivo principal es la prestación de ayuda humanitaria. "La parte humana fue lo que me cautivó", relata el padre, que con un Land Rover Discovery salió rumbo a Algeciras para hacer las verificaciones cargado de ropas, calzado, medicamentos y material escolar y deportivo que varios vecinos donaron. Allí cogieron un ferry a Meknes, punto de inicio de la competición, que les llevaría hasta las puertas de Argelia, en un recorrido de más de 4.000 kilómetros en el que la temperatura media superaba los 40 grados. "La solidaridad es total. Siempre que veíamos a alguien con avería parábamos a ayudar", cuentan. Los residentes, a su vez, les ayudaban a ellos. "Cuando te quedabas atascado en la arena los bereberes te ayudaban arrancando hierba con los camellos y echándola a las ruedas", confiesan. Los tramos son tan complicados que recorrer 200 kilómetros te puede llevar ocho horas", relatan los Cifuentes, que salieron en el puesto 72 y acabaron en el 16.

La experiencia, aunque dura, fue tan enriquecedora a nivel personal que no han dudado en participar de nuevo. Lo harán la próxima semana con un Mercedes 300 D 4matic -se exige que el coche tenga al menos 20 años de antigüedad- que cuenta hasta con bloqueo manual. La inscripción les ha costado 900 euros pero el cambio de mentalidad experimentado no tiene precio, a raíz de situaciones como la vivida en el Atlas sur, a más de 2.000 metros de altura, cuando encontraron una madre con sus dos hijas, una de ellas con síndrome de Down. ""Las vimos tan humildes que les dimos ropa. No dijeron gracias con palabras pero su mirada, que no apartaban de la nuestra, lo decía todo. Nos conmovieron tanto que llegamos al coche llorando y no éramos capaces ni de conducir", explica la pareja, aún visiblemente emocionada.

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